Critias (griego antiguo Κριτίας) (460 - 403 a. C.) fue un sofista
griego nacido en Atenas. Hijo de Calescro, fue tío carnal de Platón.
Aunque es principalmente recordado por haber formado
parte del gobierno de los Treinta Tiranos impuesto por los espartanos tras su
victoria sobre Atenas, también produjo una amplia gama de obras, además de
dedicarse a la enseñanza y la poesía.
Critias es una de las figuras atenienses más
enigmáticas y polémicas del siglo V a. C. Pocos escritores de la Grecia clásica
fueron tan prolíficos. Existe cierto disenso acerca de la autoría de algunas
obras que se le atribuyen, conservándose únicamente fragmentos de las mismas.
La primera aparición de Critias en la historia, es
como uno de los hermocópidas, es decir, uno de los implicados en la mutilación
de los hermas en el 415 a. C. Critias es mencionado en el testimonio de Andócides
durante el curso de la investigación del crimen, a pesar de que no se sabe
nada más acerca de su participación en dicho sacrilegio. También hay
referencias esporádicas a Critias en algunos de los acontecimientos principales
de los últimos años de la Guerra del Peloponeso. No se sabe a ciencia cierta si
era miembro del gobierno oligárquico de Los Cuatrocientos, en el 411 a. C.,
pero siguió a Frínico, el oligarca radical y cabecilla de Los
Cuatrocientos tras la caída del régimen en el 410 a. C.
En los años posteriores a la caída del régimen,
Critias estuvo implicado activamente en política como asociado de Alcibiades.
Critias proclama en uno de sus poemas elegíacos que propuso la vuelta de
Alcibiades del exilio, probablemente alrededor del año 408 a. C. (fragmentos 4
y 5). Debido a la opinión popular ateniense contra Alcibiades, Critias
probablemente siguió a Alcibiades al exilio en el año 406 a. C. Durante este
tiempo, Critias estuvo implicado en una insurrección en Tesalia, pero se
desconoce el alcance de su participación, aparte de la enigmática declaración
de defensa de Terámenes sobre el juicio y la ejecución de los generales
atenienses acusados de no rescatar a los supervivientes en la Batalla de
Arginusas:
Critias estaba en Tesalia organizando la democracia
con Prometeo y armaba a los penestes contra sus amos.
No se posee suficiente información sobre la historia
de Tesalia, como para saber quién era Prometeo, o determinar la naturaleza de
la revolución "democrática" en la cual Critias pudo estar implicado.
A la llegada de su exilio en la primavera del año 404
a. C., Critias era uno de los cinco cabecillas que lideraban varias facciones
oligárquicas de la posguerra ateniense. Critias era también miembro principal
de los Treinta Tiranos, cuyo reinado de terror brutal en los años 404–403 a. C.
fue vivamente relatado por Jenofonte. En el reinado de terror de los
Treinta Tiranos se cometieron ejecuciones sumarias, incautación de propiedades
y el exilio de cientos de demócratas atenienses. Incluso Terámenes, uno
de los miembros fundadores de los Treinta, fue ejecutado sin derecho a réplica
tras haberse opuesto a Critias en público. Otra víctima de los Treinta fue el
aún exiliado Alcibiades, que permanecía en su estado fortificado de Tracia. Según
los informes de Cornelio Nepote y Plutarco, que se encargaron de
biografiar la vida de Alcibiades más tarde, fue el propio Critias, su viejo
compañero, quién ordenó su asesinato en el año 403 a. C.
Hay indicios de que Critias tenía cierto grado de
control sobre la caballería ateniense y sobre "Los Once", que
actuaban como verdugos. Critias también parece ser el guía de los elementos
más extremistas de Los Treinta. Se convirtió en su indiscutido líder tras la
ejecución de Terámenes en el año 403 a. C. También aparece como uno de
los principales legisladores de la oligarquía.8
Independientemente de cuales fueran los planes de
Critias y Los Treinta para el establecimiento de un nuevo régimen oligárquico
en Atenas, los mismos fueron desbaratados abruptamente por los éxitos militares
de un grupo de exiliados pro-democráticos liderado por Trasíbulo en el
puesto fronterizo ateniense de Filé y en la ciudad portuaria de El Pireo.
En un solo día, en mayo del año 403 a. C., en una
batalla entre las fuerzas comandadas por Trasíbulo, las fuerzas de Critias y los
partidarios de Los Treinta, la mente maestra del movimiento oligárquico fue
derrotado. En aquella época Critias, comandante de la falange, optó por una
línea de 50 escudos hoplitas. Los propios miembros de Los Treinta se
encontraban entre las primeras filas, en el extremo izquierdo de la falange. Lejos
de evitar el peligro del campo de batalla, Critias se colocó en el extremo
izquierdo de la línea. Sin embargo, la formación de la falange en una columna
profunda falló, costando muchas vidas en una batalla sangrienta. Critias fue
uno de los más de 70 que perdieron la vida en dicha batalla. La muerte de
Critias dejó a los miembros restantes de Los Treinta y a otros 3.000 hombres
sin líder y confusos. Las tentativas de establecer un nuevo gobierno
oligárquico fallaron y la democracia fue restaurada poco tiempo después.
Se erigió un monumento a Critias y Los Treinta, en el
que se podía ver la personificación de la oligarquía llevando antorchas y dando
fuego a la democracia. Una inscripción en la base del monumento rezaba «Esto es
un monumento conmemorativo a esos nobles hombres que refrenaron a los hubris
atenienses de los demócratas atenienses durante un breve periodo». El precio
que tuvieron que pagar por ello fue la vida de al menos 1500 atenienses.
Platón admite en su séptima carta que el
comportamiento extremo de Critias así como el de otro primo suyo, Cármides
(líder de Los Diez que gobernaron El Pireo durante el gobierno de Los Treinta)
alejaron cualquier pensamiento acerca de que él hubiera podido tener una
carrera política.
Jenofonte caracterizó a Critias como un tirano
despiadado, sin moral, cuyos crímenes podrían haber desembocado en la muerte de
Sócrates. Filóstrato continuó extendiendo esta visión negativa de
Critias, a quien llamó «el mayor malvado... de todos los hombres». Por otra
parte, en cuatro diálogos de Platón (Lisis, Cármides, Critias y Timeo), Critias
aparece como un miembro refinado e instruido de una de las familias
aristocráticas más antiguas y distinguidas de Atenas, así como un participante
de la cultura filosófica ateniense.
Aunque estas representaciones de Critias difieran
tanto, no se contradicen. La familia de Critias estaba entre las más
prominentes de los viejos clanes eupátridas aristocráticos que habían gobernado
Atenas antes de la llegada de la democracia. No menos de cuatro de sus
antepasados directos habían sido arconte epónimos, el mayor cargo al que se
podía llegar en el Estado de Atenas. Uno de ellos fue Drópides en los
años 645–644 a. C. Solón era uno de sus parientes más famosos, y tanto
Solón como el poeta Anacreonte elogiaron a los antepasados de Critias en
sus poemas.
Aunque no hay constancia literaria acerca de la
juventud de Critias, su biógrafo Filóstrato dijo que la enseñanza que
obtuvo Critias fue de la clase más noble, y Ateneo dice que su entrenamiento
como flautista lo hizo famoso en su juventud. Existe un fragmento de una
dedicatoria en dos victorias en los Juegos Ístmicos y dos victorias en los
Juegos Nemeos en 438 a. C., en la que aparece Critias, hijo de Calescro,
aunque la restauración del nombre sigue siendo incierta. Aunque parece claro
que Critias sobresalió en dos de los elementos más importantes de la educación
ateniense tradicional: la música y el atletismo.
Si Platón hubiera divulgado exactamente el carácter
de figuras históricas en sus diálogos, tal vez dichos diálogos hubieran
proporcionado más rasgos del carácter y el comportamiento de Critias. En el
Protágoras de Platón, Critias aparece entre los sofistas principales (Protágoras,
Hipias mayor, Pródico) y la élite educada de Atenas. En el Protágoras, Critias
participa en el diálogo junto a Alcibíades. Este emparejamiento parece irónico,
ya que Jenofonte había relatado la cólera ateniense sobre el comportamiento
imprudente y destructivo de Critias y Alcibíades, ambos discípulos de Sócrates.
Esa asociación fue una de las razones que motivaron la ejecución de Sócrates
en el año 399 a. C.18 Es significativo que la única contribución de Critias en
dicha discusión filosófica es una súplica a los participantes a ser imparciales
y justos en un punto en el cual los presentes parecían más a favor de Sócrates
o de Protágoras. En contraste con la representación de Jenofonte como tirano
despiadado, la representación de Critias, hecha por Platón, como ejemplo de
moderación es un contrapunto notable.
Un papel más sustancial de Critias en el Cármides,
que se abre con el regreso de Sócrates de la Batalla de Potidea en el año 432
a. C., proporciona un contraste igualmente notable frente a la visión de
Jenofonte y otros. El diálogo se centra en el significado de sophrosyne
(autodominio), que Cármides, claramente siguiendo el camino iniciado por su
primo y guardián Critias, definió para Sócrates como "pensar en las tareas
propias".
Aunque esta definición, en particular, se abandona en
la discusión descrita en el Cármides, reaparece en una forma ampliada como el
último significado del dikaiosyne (justicia) en La República: "que cada
individuo debe actuar en los asuntos de la ciudad tan bien como sea capaz de
hacerlo". Esta definición de la justicia (dikaiosyne), es sostenida por
Platón como la virtud más alta y es su pilar central en su concepto utópico de
ordenar las clases sociales y políticas del estado ideal.
Critias es también un personaje principal en el Timeo
y en el Critias, que se basan en el día después de los acontecimientos
acaecidos en la república, en el año 421 a. C. Critias relata la historia de
Atlantis y su guerra contra Atenas hace unos 9.000 años. Él había escuchado
esta historia de su abuelo, quien a su vez la había escuchado de su pariente,
el legislador Sólon. La historia que según Critias había sido preservada por
sacerdotes egipcios, presenta un retrato idealizado de una Atenas antigua que
encajaban fielmente en el estado utópico descrito en La República. Lo que es
realmente significativo es que Platón eligiera a Critias como el reportero del
mito de Atlantis. De esta forma Platón ensalza a su primo como un hombre que
sabe de historia antigua, de una época en la que los gobiernos se asemejaron a
la utopía de La República, y no a los sistemas imperfectos de gobierno del
siglo IV a. C. de Grecia.
Entre las leyes bosquejadas por Critias había un
decreto de prohibición de "instrucción en el arte de palabras". Jenofonte
divulga que Sócrates respondió con una contestación sarcástica: "si
alguien fuera un pastor e hiciera su rebaño menor y más pobre, él no diría que
es un mal pastor; si alguien fuera un líder de una ciudad e hiciera a sus
ciudadanos más pobres, él no estaría avergonzado ni pensaría que es un mal
líder".Aunque es la relación entre Critias y su profesor anterior la que
Jenofonte niega, es Caricles quien amenaza a Sócrates con el castigo si no
renuncia a seguir haciendo declaraciones contra el régimen. Critias permanece
en el fondo de la conversación, haciendo solamente una observación acerca de la
afinidad del filósofo hacia los "curtidores, artesanos, y a los
trabajadores del bronce". En otro cara a cara, Sócrates regaña a Critias
por su atracción y comportamiento excesivamente celoso por un hermoso joven
llamada Eutidemo diciendo que él se frotaba contra otro hombre joven "como
un pequeño cerdo que se rasca contra una roca". Anécdotas como estas de Sócrates y de
Critias, demostraban que ambos se divertían y se conocían mutuamente, pero
también estaban a menudo en desacuerdo el uno con el otro.
A pesar de las amenazas y la obvia tensión que había
entre los dos, Sócrates sobrevivió al terror y a la guerra civil posterior. Quizás
fue por la insistencia de Critias por la que el comportamiento insubordinado de
Sócrates fue pasado por alto durante el terror. Fuera la que fuera la razón,
está claro en los acontecimientos del enjuiciamiento de Sócrates en el año 399
a. C. y las reprimendas dispersadas en la literatura de los siglos IV y III a.
C., que la unión entre Critias y el filósofo se propagó rápidamente en la mente
popular.
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