La
batalla de Singara o asedio de Singara se libró en 344 entre fuerzas romanas y
sasánidas. Los romanos, dirigidos por el emperador Constancio II lograron
defender la fortaleza de Singara de fuerzas persas del rey Sapor II de Persia.
Cuándo
Sapor II tomó control del Imperio Sasánida trató de recuperar los territorios
perdidos frente al Imperio Romano de Oriente.
Después
de aplastar la rebelión de árabes lajmidas en el sur, se dirigió a Mesopotamia
y recapturó Armenia. Desde allí empezó su primera campaña contra Constancio II,
que fracasó.
Poco
después de comenzar el asedio de Singara, las tribus nómadas orientales
atacaron y saquearon Transoxiana y las ciudades orientales del Imperio
sasánida.
Al
recibir noticias de los ataques desde las estepas y enfrentado a resistencia
romana superior a lo que podía derrotar rapidamente, Sapor levantó el asedio.
Ambos bandos habían sufrido importantes bajas en el mismo.
Tras
esta campaña fracasada, firmó un tratado con Constancio II en el qua ambos
estuvieron de acuerdo en no atacar al otro durante un periodo limitado de
tiempo.
El
tratado de paz dio a Sapor la seguridad que necesitaba en sus fronteras
occidentales del para empezar su campaña contra los nómadas en Oriente.
Empiece dicha campaña y tras una larga lucha
recapturó las áreas perdidas, forzando a los nómadas a pedir la paz.
También
obligó a su rey, Grumbates, a acompañarle en la siguiente guerra contra los
romanos.
Entonces
empezó su segunda campaña contra romanos en el año 359.
Dicha campaña fue un
gran éxito para los persas, que tomaron cinco provincias romanas.
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