Juventas
o Juventus es, en la mitología romana, la diosa que personifica la juventud. Su
función era especialmente la protección de los adolescentes en el momento de
dejar atrás la infancia, rito que se llevaba a cabo al dejar de vestir la ropa
propia de infantes y tomar la toga viril, en torno a los 16 ó 17 años.
Relacionado con este momento, el joven que tomaba la toga viril depositaba una
moneda como ofrenda a Juventus.
Si
bien tenía una capilla dentro del templo dedicado a la llamada Tríada
Capitolina (Júpiter, Juno y Minerva), en concreto en la parte consagrada a la
diosa Minerva, diosa de la sabiduría, las artes, las técnicas de la guerra,
además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos, esta capilla es
anterior a la construcción del templo. Esto nos da una idea de la antigüedad e
importancia de su culto, relacionada con otros cultos antiguos.
Más
tarde, Juventus fue asimilada a Hebe, diosa de la juventud de la mitología
griega, cuyo mito era mucho más elaborado y rico, si bien mantuvo sus rasgos
romanos.
En el
Imperio, Juventus presidía los «colegios de jóvenes», asociaciones premilitares
que apoyaban la política imperial.
Juventas
fue una ninfa, hermana de la diosa Libertas (según Higino) a la cual Júpiter transformó
en fuente. Esta fuente mágica tenía aguas milagrosas, ya que podía rejuvenecer
a las personas que en ellas se sumergían. Como divinidad, velaba por los
púberes y los protegía de una oscura personificación, que es el dios Senectus (divinidad
de la vejez, correspondiente al griego Geras).
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