Calcas
o Calcante (en griego antiguo Κάλχας)
fue un poderoso adivino de la mitología griega, uno de los más célebres. Actuó
como augur en la guerra de Troya.
Era
natural de Megara o de Micenas, hijo de Téstor y nieto del dios Apolo, quien le
dio el don de la profecía.
Profetizó
que era necesaria la presencia de Aquiles para obtener la victoria griega en la
Guerra de Troya cuando este solo tenía nueve años. También consideró necesaria
la presencia de Filoctetes.
Además
predijo que la guerra de Troya duraría diez años, y aseguró a Agamenón que la
única forma de apaciguar a Artemisa y obtener vientos favorables era sacrificar
a su hija Ifigenia, para que la diosa dejara de retener a la flota griega en el
puerto de Áulide.
En el
décimo año de la campaña, reveló que el favor de Apolo solo se conseguiría con
la devolución de la cautiva Criseida a su padre, que era sacerdote del dios
protector de los troyanos. Esta devolución causó la disputa entre Agamenón y
Aquiles por otra cautiva: Briseida.
Calcas
aconsejó también la construcción del caballo de Troya, según algunas versiones,
aunque otras lo atribuyen a Odiseo. Predijo el azaroso regreso de los
vencedores, y no se embarcó con ellos. En vez de partir con la flota aquea, se
trasladó a Colofón, ciudad del Asia Menor, o al cercano santuario de Claros,
donde tuvo una competencia contra otro adivino, Mopso, nieto materno de
Tiresias.
Tras ser vencido por Mopso, murió de
sufrimiento por haber hallado un adivino mejor que él. Otra versión acerca de
su final dice que un adivino profetizó la fecha de su muerte. Cuando llegó el
día señalado, Calcas vio que la predicción no se materializaba y le entró un
severo ataque de risa que provocó que muriera asfixiado.
Calcas
aparece en el libro I de la Ilíada, profetizando la duración del sitio, así
como en todas las tragedias que toman como punto de partida la guerra de Troya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario