Una vez que acabo la guerra [de los númidas] y se hizo
regresar a Annón a Cartago para responder de ciertos cargos, Amílcar que
se hallaba el solo al frente del ejercito y tenia a su cuñado Asdrúbal
como asociado suyo, se dirigió hacia Gades y, tras cruzar el estrecho hasta
Iberia, se dedico a devastar el territorio de los íberos , que no le habían
causado daño alguno (...).
Finalmente, los reyes íberos y todos los otros
hombres poderosos, que fueron coaligándose gradualmente, lo mataron de la
siguiente forma: llevaron carros cargados de troncos a los que uncieron bueyes
y los siguieron provistos de armas. Los africanos al verlos se echaron a reír,
al no comprender la estratagema, pero cuando estaban muy próximos, los íberos
prendieron fuego a los carros tirados aun por los bueyes y los arrearon contra
el enemigo.
El fuego, expandido por todas partes al diseminarse los bueyes,
provoco el desconcierto de los africanos. Y al romperse la formación, los íberos,
cargando a la carrera contra ellos, dieron muerte a Amílcar en persona y a un
gran numero de los que estaban defendiéndolo. Sin embargo, los cartagineses,
satisfechos con el botín obtenido ya en Iberia, enviaron allí otro ejercito y
designaron como general en jefe de todas las tropas a Asdrúbal, el cuñado de
Amílcar, que estaba en Iberia. Este llevaba consigo a Aníbal, famoso por sus
hechos de armas no mucho después, hijo de Amílcar y hermano de su
propia esposa, hombre joven y belicoso que gozaba del favor del ejercito.
A el
lo designo como lugarteniente. Asdrúbal se gano la mayor parte de Iberia por
medio de la persuasión, pues era hombre persuasivo en su trato, y en los hechos
que requerían de la fuerza se servia del muchacho. Avanzo desde el océano
occidental hacia el interior, hasta el río Ebro, que divide a Iberia poco mas o
menos por su mitad y desemboca en el océano boreal a una distancia de unos
cinco días de viaje de los Pirineos.
( Apiano en "Iberia" )
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