¡Bueno, cunni, ha llegado el día!. ¡La lástima es que, como valemos tanto, ahora no quieren
combatir! ¡Así que vamos a volverlos más locos que si se enfrentaran a legiones
de dientes de dragón! ¡Vamos a cruzar nuestra valla, avanzar cuesta abajo, y
luego a tumbar cadáveres a diestro y siniestro! ¡Vamos a pisarlos, escupirlos y
mearles los muertos si es preciso! ¡Y tenedlo bien claro: van a cruzar el vado
en mayor número de miles de los que vosotros, ignorantes mentulae, sois capaces
de contar con los dedos! ¡Y no tenemos la ventaja de estar sentados aquí como
gallos en una cerca; vamos a tener que hacerles frente cara a cara! ¡Y eso
quiere decir que hay que alzar la vista porque son más altos que nosotros! ¡Son
gigantes! ¿Acaso nos importa eso, eh?
¡No!. ¿Y por qué? ¡Porque somos las legiones de Roma!
¡Seguimos a las águilas de plata hasta la muerte o la victoria! ¡Los romanos
son los mejores soldados del mundo! ¡Y vosotros, soldados proletarios de Cayo
Mario, los mejores que ha habido en Roma!
¡Pues bien! ¡Vamos a cruzar la valla y a sudar lo
nuestro! ¡No hay otro modo de ganar esta guerra más que haciendo que no quede
en pie uno solo de esos salvajes de ojos de loco! ¡Luchando! ¡Aguantando hasta
que no quede en pie ni uno de esos gigantes salvajes!. ¡Aquí tenéis vuestras
águilas de plata! ¡Emblema del valor! ¡Emblema de Roma! ¡Emblemas de mis
legiones! ¡Seguid a las águilas por la gloria de Roma!
( Basado en el relato de Colleen McCullough )
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