Los romanos después, acercándose a las costas de Sicilia y enterados de la desgracia ocurrida a Cneo, dan aviso al instante a Cayo Duilio, que mandaba las tropas de tierra, y esperan su llegada. Al mismo tiempo, oyendo que no estaba distante la escuadra enemiga, se aprestan para el combate. Sin duda al ver sus navíos de una construcción tosca y de lentos movimientos, les sugirió alguno el invento para la batalla, que después se llamo cuervo; cuyo sistema era de esta manera: se ponía sobre la proa del navío una viga redonda, cuatro varas de larga y tres palmos de diámetro de ancha; en el extremo superior tenia una polea, y alrededor estaba clavada una escalera de tablas atravesadas, cuatro pies de ancha y seis varas de larga. El agujero del entablado era oblongo y rodeaba la viga desde las dos primeras varas de la escalera. A lo largo de los dos costados tenia una baranda que llegaba hasta las rodillas, y en su extremo una especie de pilón de hierro que remataba en punta, de donde pendía una argolla; de suerte que toda ella se asemejaba a las maquinas con que se muele la harina. De esta argolla pendía una maroma, con la cual, levantando los cuervos por medio de la polea que estaba en la viga, los dejaban caer en los embebecimientos de los navíos sobre la cubierta de la nave contraria, unas veces sobre la proa, otras haciendo un circulo sobre los costados, según los diferentes encuentros. Cuando los cuervos, clavados en las tablas de las cubiertas, cogían algún navío, si los costados se llegaban a unir uno con otro, le abordaban por todas partes; pero si lo aferraban por la proa, saltaban en el de dos en dos por la misma maquina. Los primeros de estos se defendían con sus escudos de los golpes que venían directos, y los segundos, poniendo sus rodelas sobre la baranda, prevenían los costados de los oblicuos. De este modo dispuestos, no esperaban mas que la ocasión de combatir.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
jueves, 26 de abril de 2018
POLIBIO DESCRIBE LA BATALLA DE MYLAE
Los romanos después, acercándose a las costas de Sicilia y enterados de la desgracia ocurrida a Cneo, dan aviso al instante a Cayo Duilio, que mandaba las tropas de tierra, y esperan su llegada. Al mismo tiempo, oyendo que no estaba distante la escuadra enemiga, se aprestan para el combate. Sin duda al ver sus navíos de una construcción tosca y de lentos movimientos, les sugirió alguno el invento para la batalla, que después se llamo cuervo; cuyo sistema era de esta manera: se ponía sobre la proa del navío una viga redonda, cuatro varas de larga y tres palmos de diámetro de ancha; en el extremo superior tenia una polea, y alrededor estaba clavada una escalera de tablas atravesadas, cuatro pies de ancha y seis varas de larga. El agujero del entablado era oblongo y rodeaba la viga desde las dos primeras varas de la escalera. A lo largo de los dos costados tenia una baranda que llegaba hasta las rodillas, y en su extremo una especie de pilón de hierro que remataba en punta, de donde pendía una argolla; de suerte que toda ella se asemejaba a las maquinas con que se muele la harina. De esta argolla pendía una maroma, con la cual, levantando los cuervos por medio de la polea que estaba en la viga, los dejaban caer en los embebecimientos de los navíos sobre la cubierta de la nave contraria, unas veces sobre la proa, otras haciendo un circulo sobre los costados, según los diferentes encuentros. Cuando los cuervos, clavados en las tablas de las cubiertas, cogían algún navío, si los costados se llegaban a unir uno con otro, le abordaban por todas partes; pero si lo aferraban por la proa, saltaban en el de dos en dos por la misma maquina. Los primeros de estos se defendían con sus escudos de los golpes que venían directos, y los segundos, poniendo sus rodelas sobre la baranda, prevenían los costados de los oblicuos. De este modo dispuestos, no esperaban mas que la ocasión de combatir.
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