La ornamentación, por lo que se deduce de algunos elementos que sobrevivieron a las destrucciones romanas y que han sido encontrados por los arqueólogos, no parece que fuera muy original.
Cuando los cartagineses no quemaban a sus muertos, los enterraban en unas cámaras funerarias bastante profundas, con el cuerpo envuelto en un sudario y colocado en un ataúd (sarcófago) de madera o, excepcionalmente, de piedra o de mármol.
Si no nos queda prácticamente nada de la arquitectura y de la escultura púnicas, los arqueólogos, en cambio, han descubierto más de un millar de cipos (pequeños ex-votos funerarios) y millares de estelas que llevan una inscripción dedicatoria o una ornamentación grabada. La ornamentación de las estelas tiene generalmente un signo simbólico llamado signo de Tanit y que tal vez fue tomado de los egipcios.
Entre los demás símbolos encontrados, figuran: el caduceo, el ídolo en forma de botella, el disco coronado por una media luna, el planeta Venus, etcétera. Algunas estelas llevan también dibujos animalísticos (animales de sacrificio) e incluso representaciones humanas.
Pero la cerámica cartaginesa es la artesanía mejor conocida de esta civilización. Su exportación era importante, y se han descubierto muestras de alfarería púnica por todo el Mediterráneo.
El barro cocido no sólo servía para hacer vasijas; se ha encontrado un gran número de pequeños recipientes para poner aceite en el que se mojaba una mecha (lámparas cartaginesas), estatuillas (de 10 a 20 cm de altura), que generalmente representaban siluetas femeninas y, finalmente, las máscaras, producción típicamente púnica y muy original.
Ignoramos cómo era el mobiliario cartaginés; pero las joyas (brazaletes, collares, colgantes, sortijas, etc.), así como la cristalería y los marfiles, son muy abundantes.
( En la foto, busto de la diosa Tanit )
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