- ¿Por qué sigue vivo?
- No lo sé
- No debería estar vivo.
-Eso me molesta.
- Me saca de quicio.
- Hice lo que tenía que hacer.
- Si nuestro padre se hubiera salido con la suya, el Imperio
estaría desmenbrado.
- Te das cuenta.
- Sí.
- ¿Qué sentiste al verlo?
- No sentí nada.
-Te hizo mucho daño, ¿verdad?
- No más del que yo le hice a él.
- Me mintieron en la Germania.
- Me dijeron que estaba muerto.
- Si me mienten, no me respetan.
-Si no me respetan, ¿cómo pueden quererme?
- Entonces debes anunciar a las legiones que su traición no
quedará impune.
- Pobre hermana. No quisiera ser tu enemigo.
- ¿Qué vas a hacer?
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