domingo, 27 de julio de 2014

EXPANSIÓN Y GUERRAS PÚNICAS




LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO (260-120 a. de J.C.)

La política exterior y el éxito de las legiones romanas dominan esta época, particularmente caracterizada por las guerras contra Cartago (las tres guerras púnicas).




La primera guerra púnica empieza en 264 a. de J.C.. Su causa es la rivalidad que enfrenta en Sicilia a Roma y Cartago.



Las victorias navales de Miles (264 a. de J.C.) y de las islas Egates (241 a. de J.C.), proporcionan a los romanos el dominio de dicha isla, a pesar de los éxitos cartagineses en tierra firme, debidos al genio militar de Amílcar Barca (hacia 247 a. de J.C.).



En 238 a. de J.C., Roma se hace dueña de Cerdeña y Córcega. La segunda guerra púnica empieza en 219 a. de J.C. Fue buscada por el cartaginés Aníbal, uno de los más grandes capitanes de la Antigüedad.





Este, partiendo de Hispania, atravesó los Pirineos y los Alpes con un ejército temible (80.000 infantes, los jinetes númidas -Numidia es la actual Argelia- y 37 elefantes), e infligió a Roma una serie de aplastantes derrotas:

- en las riberas del Trebia (afluente del Po), en 218;
- cerca del lago Trasimeno, en 217 a. de J.C. (contra Flaminio),
- finalmente, en Cannas (Apulia), el 2 de agosto de 216 a. de J.C. (contra Varrón y Paulo Emilio). En seguida, reconquistó Sicilia, y tomó Capua en 210 a. de J.C.



ANÍBAL ENTRANDO TRIUNFALMENTE EN CAPUA

Pero Roma salió al fin victoriosa de esta "guerra inexpiable" gracias a las maniobras de desgaste dirigidas por el cónsul Fabio Cunctátor (Fabio el Contemporizador). Sicilia fue reconquistada en 210-205 a. de J.C. (muerte de Arquímedes en el sitio de Siracusa, en 212 a. de J.C.).



Los hermanos Escipión acosaron a los cartagineses en Hispania y el hijo de uno de ellos, Publio Cornelio Escipión, de sólo veinticuatro años de edad, reconquistó la Hispania del sur (Andalucía) y, después de la victoria de Metauro (207 a. de J.C.), obtenida por los cónsules romanos, llegó a Africa en 204 a. de J.C..



Aliado con el númida Masinisa, Escipión el Africano aplastó a Aníbal en la batalla de Zama, en 202 a. de J.C.: Cartago se convirtió en vasallo de Roma.



La tercera guerra púnica fue desencadenada, en 149 a. de J.C., por Catón, obsesionado por su odio a Cartago (acababa todos sus discursos con la misma frase: Delenda est Carthago: "Cartago debe ser destruida").



Pretextando una violación del tratado de 201 a. de J.C., los romanos desembarcaron en Africa al mando de Escipión Emiliano (no hay que confundirlo con el vencedor de Zama), hijo de Paulo Emilio. Después de un asedio que duró tres años, Cartago cayó, en 146 a. de J.C., en manos de los romanos.



Fue completamente arrasada, y sus habitantes, asesinados o desterrados. Paralelamente, los romanos acabaron la conquista de Hispania (Escipión Emiliano aniquiló la última resistencia en Numancia, en 133 a. de J.C.) y, traspasando los Pirineos, se instalaron en Provenza.



La conquista romana también se llevó a cabo hacia el este: ocupación de Macedonia (Filipo V de Macedonia fue derrotado en Cinoscéfalos, en 197 a. de J.C., y Perseo en Pidna, en 168 a. de J.C., y se conquistó definitivamente el país en 148 a. de J.C.). Luego, Grecia entera y, el reino asiático de Pérgamo (129 a. de J.C.), cayeron también en manos de las legiones romanas.



Consecuencias de estas conquistas

La Roma victoriosa imita a la Grecia vencida (nacimiento de la literatura latina). Por otra parte, los pequeños propietarios -la clase media romana-, arruinados y diezmados, desaparecen. Sólo quedan en Roma ricos y pobres.




Los Gracos (Tiberio y Cayo Graco, que ocupan el poder de 133 a 121 a. de J.C.) intentan en vano establecer una ley agraria para reconstituir la clase social de los pequeños agricultores, indispensable para el equilibrio político de la república.


Pero, asesinados ambos, su intento de establecer una república popular en Roma, fracasa.









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