Si el lector tuviese la
oportunidad de hablar con una persona culta del mundo grecorromano que hubiese
vivido entre los siglos IV a. C. y V d. C. y hubiese tenido la oportunidad de
preguntarle quién era Alejandro, sin más, su interlocutor no habría tenido
ninguna duda. Sólo por ese nombre se conocía a Alejandro III, rey de Macedonia
(356-323 a. C.) y último representante de la dinastía de los Argéadas.
Los epítetos se quedaban cortos para este hombre: rey omnipotente, prototipo de
conquistador, fundador de un imperio universal que pereció con él, protagonista
de la más elevada de las grandezas y de algunos episodios de una bajeza
deleznable… todo ello en el tiempo récord de una vida de treinta y tres años y
un reinado de trece. Los militares de todos los tiempos le han tenido por guía
y han deseado emular sus hazañas, empezando por sus generales, que se repartieron
su imperio a su muerte, y acabando por Napoleón; pero también los escritores
hicieron de él punto de partida de un mito literario —basado en algunos aspectos
de su novelesca vida— que empezó en la Antigüedad y termina en algunos
representantes de la actual novela histórica. ¿Quién fue este joven conquistador?
¿Por qué causó tal impresión a sus contemporáneos y a sus sucesores hasta la
actualidad? ¿Qué puede enseñarnos hoy en día? Los acontecimientos de su vida
guardan las respuestas a estas preguntas y mucho más.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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