domingo, 27 de julio de 2014

ANÍBAL EN LOS ALPES




Elefantes en los Alpes




Aníbal tenía 25 años, los que le hacía tan joven como Alejandro. Tenía, como éste, el genio de la guerra. De cultura griega, había estudiado a los estrategas helenistas. Tito Livio diría de él:




No existía general en el que los soldados tuvieran mayor confianza y que les infundiera mayor ardor. Tenía la mayor audacia para afrontar cualquier peligro: El cansancio no era capaz de abatir su cuerpo ni de doblegar su ánimo.



Quería golpear a Roma en el corazón mismo de su poderío, y renovar de manera duradera la efímera empresa de los galos. Partiendo en 218 a. de J.C., atravesó Hispania, conquistando para Cartago la parte septentrional, y penetró en las Galias.


Su ejército estaba compuesto por 90.000 infantes, 12.000 jinetes y un centenar de elefantes.


En septiembre, los cartagineses atacaron los Alpes. Antes, habían tratado de atraerse a los celtas para que le indicasen los pasos más accesibles a los enormes animales.


Pero los indígenas no se dejaron convencer fácilmente, y los cartaginenses se encontraron solos ante aquella terrible prueba: Durante los 17 días de la travesía, la mitad de los hombres y de los animales murieron por causa del frío.
EL EJÉRCITO DE ANIBAL ATRAVESANDO UN CAMINO ALPINO

Cuando llegaron a la llanura del Po, los galos, maltrechos por la reciente conquista romana, les ayudaron y les proporcionaron 10.000 hombres.


Asustado, el Senado romano preparó un inmenso ejército, cuyo mando confió a Escipión, el primero de los que habían de dar gloria a esta ilustre familia.


Los cartagineses vencieron en Tesino y Trebia, y liberaron los Apeninos; a Aníbal no le quedaba más que un solo elefante, sus soldados habían quedado reducidos a algunos millares, y él había perdido un ojo en combate; pero su genio compensaba las pérdidas.






LOS CARTAGINESES VENCEN A LOS ROMANOS EN LA BATALLA DE TREBIA


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