lunes, 28 de julio de 2014

LOS AMORES DE PARÍS Y HELENA, PINTURA DEL FRANCÉS JEAN-LOUIS DAVID




Paris fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba. Helena de Troya o Helena de Esparta es un personaje de la mitología griega; su leyenda es aludida por casi todos los mitógrafos clásicos. Era considerada hija de Zeus y pretendida por muchos héroes debido a su gran belleza. Era esposa de Menelao, hermano de Agamenón, rey de Mecenas. 

Príamo encargó a Paris la misión de viajar a Grecia y traer de vuelta, mediante la diplomacia o el secuestro liso y llano a Hesíone, hermana del rey, raptada por Hércules años atrás. Paris viajó a Esparta, donde se encontró e hizo amigo del rey Menelao. También conoció a Helena, y se enamoraron a primera vista. El joven príncipe le declaró su amor mediante el expeditivo método de escribir “Amo a Helena” con vino en la mesa donde celebraban un banquete. Menelao no se dio cuenta pues acababa de recibir la noticia de la muerte de su padre en Creta, y partió para organizar su funeral esa misma noche. Paris y Helena entonces aprovecharon para huir a Troya. Antes de abandonar Esparta Paris confiscó una gran cantidad de oro del templo local de Apolo. En el camino, una tormenta enviada por Hera lo forzó a refugiarse en Chipre, pero desde allí organizó una expedición contra la próspera ciudad de Sidón, en la costa de Palestina. El ataque fue exitoso: Paris mató al rey de la ciudad y consiguió un enorme botín. 

Así, Paris logró ser recibido con los brazos abiertos por los troyanos. Entregó el oro del templo espartano de Apolo a los sacerdotes troyanos del mismo dios, que habían pedido su muerte a Príamo, consiguiendo así terminar con su enemistad. El botín de la expedición a Sidón, sumado a la impresionante belleza de Helena, le ganaron el aprecio de su padre y del populacho troyano. Los únicos que no se mostraron contentos con la llegada de Helena a Troya fueron Casandra y Heleno, hijos de Príamo. Ellos habían recibido en la infancia y por accidente el don de la profecía, pero Apolo los condenó a que nadie creyese sus predicciones. Heleno y Casandra habían advertido a su padre que no permitiese a Paris viajar a Grecia, y luego le pidieron que devolviese a Helena a Esparta y le pagase a Menelao una indemnización con el tesoro traído por Paris. En ambas ocasiones Príamo no les prestó atención. Casandra en particular vaticinó que Helena sería la ruina de la ciudad, pero no fue escuchada. 

Finalmente Paris murió durante la guerra por una flecha disparada por Filoctetes, mientras que Helena fue obligada a contraer un nuevo matrimonio con Deífobo, otro de los hijos de Príamo.













No hay comentarios:

Publicar un comentario