domingo, 26 de julio de 2020

AÑO DE LOS CUATRO CÉSARES



El ultimo representante de la dinastía Julio-Claudia había muerto. Tras su desaparición, la situación se complicaba en extremo, pues los acontecimientos se iban a suceder con gran rapidez y todo hacia pensar que sobre Roma se volvía a cernir la sombra de una nueva guerra civil, semejante a la vivida por la ciudad un siglo antes, cuando se produjo el fracaso del conocido como Primer Triunvirato, que llevaría a César al momento de mayor apogeo de su poder.

 

Galba, a la sazon un anciano decrepito que rondaba los 65 o 66 anos, conoció de primera mano la desaparición de Nerón diez días después de ocurrida la muerte, por lo que creyó llegado el momento de marchar hacia Roma con sus legiones, acto que también había sido demandado con urgencia por el Senado. Por tanto, abandono la provincia en dirección a la capital, donde llego en octubre, y sin perdida de tiempo fue proclamado nuevo Cesar por el Senado. Servio Sulpicio Galba, el príncipe, tuvo que hacer frente a numerosos problemas.

 

Entre ellos se presentaba un inconveniente bastante peliagudo, pues no todos los gobernadores aceptaban y aclamaban como nuevo gobernante a un viejo que debía haber permanecido apartado en su provincia. Pero además existían otras dificultades, como volver a imponer la disciplina entre las legiones sublevadas, que él no supo llevar a buen termino, lo que se demostró en su primera actuación ya que, tras ocupar el gobierno, manifestó públicamente su intención de no entregar los premios y recompensas prometidos a ningún soldado, lo que creo gran desconcierto dentro de las legiones, que comenzaron a pensar si habían optado por el mejor candidato.

 

Otra de las cuestiones bastante problemáticas a las que había que hacer frente de forma urgente, eran los problemas financieros y la situación en la que se encontraba el erario publico, cuyo estado era bastante desesperado. Pero el nuevo Cesar no supo solucionar ninguno de estos problemas. Tampoco supo rodearse de asesores capaces, pues se dedico a practicar una política basada claramente en el nepotismo.

 

 Por ello, los que se encontraban bajo su dirección no se mostraron acordes con lo que se les demandaba; así, se vieron sobrepasados por las circunstancias y demostraron no hallarse a la altura que requería la situación, y en muchos casos buscaron exclusivamente su enriquecimiento personal.

 

Las medidas con las que se intentó hacer frente al problema financiero terminaron por sublevar al ejercito. Una de las soluciones que se promulgo fue la bajada del sueldo de las legiones, que unida a la anterior eliminación de las recompensas que en su momento se prometieron así como a la entrega de la cantidad prometida por el antiguo pretor del pretorio, Ninfidio Sabino, al que había dado de lado completamente, para la guardia pretoriana, de la que Galba dijo no hacerse cargo, llevo a que el príncipe fuera asesinado en el mismo centro de Roma por varios pretorianos. También se procedió a eliminar al sucesor que el viejo príncipe había designado.

 

La guardia pretoriana apoyo a Marco Salvio Otón, el antiguo amigo de Neron, mucho mas joven que Galba, al que había mandado como gobernador a Lusitania para poder apropiarse de su mujer. Era respetado por las inmensa mayoría de las tropas y fue proclamado, nuevo gobernante por el Senado.

 

Pero la elección, curiosamente, no fue apoyada por todas las provincias, pues las legiones acuarteladas en Germania se sublevaron en enero del 69, extendiéndose el amotinamiento a otras zonas del Imperio occidental, en concreto Hispania, la Galia y Britania, que proclamaron a Vitelio como nuevo César.

 

Vitelio, que quizás ni siquiera anhelaba ser el gobernante de todo el Imperio, marcho con sus tropas hacia Italia, lo que alarmo a Otón, que no contaba con fuerzas suficientes para hacerle frente y opto por mantener una ronda de negociaciones entre ambos, en donde el príncipe le ofrecía unirle como aliado al Imperio, pero Vitelio no acepto, pues necesitaba una victoria aplastante para hacerse respetar por todos los grupos de poder del Imperio.

 

Otón no tuvo mas remedio que movilizar a sus tropas y marchar hacia el norte, a campo abierto para hacer frente a su adversario, lo que ocurrió a finales de marzo, y aunque Otón intento hacer todo lo posible para que el choque no se produjera, sus intentos resultaron baldíos pues el ejercito de Vitelio, dirigido por Valente, se enfrento al príncipe en Cremona.

 

Derrotado el Cesar, Vitelio había manifestado ante los cadáveres que se amontonaban en el campo de batalla que huele muy bien el enemigo muerto, pero todavía mejor el ciudadano. Otón se retiro a la capital y a mediados de abril prefirió suicidarse, y con ello se produjo un nuevo cambio en el trono. Vitelio entra en Roma para ser proclamado nuevo príncipe; esta vez tenia el visto bueno de todas las facciones: el Senado, que busca la paz, las legiones, la totalidad de las provincias y por ultimo el pueblo, saturado con tanto enfrentamiento y luchas por el poder.

 

Vitelio se mantendrá en el poder hasta el verano de este mismo año, puesto que, en contra de lo que se esperaba, no realizo una política de conciliación con sus antiguos enemigos, sino que efectuó una administración encaminada a su represión, cosechando la consiguiente oposición por parte de las fuerzas que le habían apoyado, cansadas de tantos enfrentamientos civiles, fundamentalmente las tropas estacionadas en las provincias orientales.

 

 En esta situación, en el mes de julio las legiones proclamaron príncipe a Vespasiano, que poco a poco va ganando para su causa al resto de las tropas asentadas en las provincias, hasta que Vitelio pasa a contar únicamente con la fuerza de la guardia pretoriana, cuyos efectivos prepararon la resistencia en Roma.

 

Vespasiano desembarco en Italia, enfrentándose ambos contendientes en la localidad de Cremona en octubre del 69. El resultado de este encuentro llevo a que las riendas por fin recayeran en manos de una persona apoyada por todos los sectores de la sociedad sin ninguna fisura. Finalizo con todos los focos de sediciosos, tanto en Oriente como en las provincias occidentales.



Vespasiano murió en el ano 79, pero previendo la situación en que podía volver a quedar el Imperio tras su desaparición, se adelanto a los acontecimientos y puso en marcha una serie de medidas encaminadas a mantener la estabilidad en Roma, apoyo que asocio a sus hijos Tito y Domiciano al poder; con ello ya no surgirán los problemas sucesorios. La dinastia Flavia ha ocupado el principado.

( Hipólito Pecci Tenrero en "Nerón" )

 

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