sábado, 14 de marzo de 2015

CÉSAR DICE SOBRE LAS MUJERES TRAS LA MUERTE DE SU HIJA JULIA



Sus vidas son tan encerradas, tan centradas en torno al hogar. Sus hijos, su hogar y sus hombres, por ese orden. Así es su naturaleza. Y nada es más cruel para ellas que sobrevivir a sus hijos. Esa parte de mi vida está cerrada para siempre. No volveré a abrir esa puerta. No me queda nadie que me quiera como una mujer ama a su hijo o a su padre, y mi pobre y pequeña esposa es una desconocida que ama más a sus gatos que a mí. ¿Por qué no iba a ser así? Ellos le han hecho compañía, le han dado algo parecido al amor. Mientras que yo nunca estoy allí. Yo no sé nada del amor, excepto que hay que ganárselo. Y aunque estoy completamente vacío, siento crecer en mí la fuerza. Esto no me derrotará. Me ha liberado. Cualquier cosa que tenga que hacer, la haré. No queda nadie que me diga que no puedo hacerlo.


( C. McC. )



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