La taciturnidad de un hombre
necio a menudo es considerada sabiduría.
Eso me hace pensar en un par
de conocidos dichos: “Las apariencias engañan” y “no
hay cosa de mayor necedad que una risa necia”.
La frase en cuestión de Publio Siro sugiere que a veces, la falta de expresión o la falta
de palabras de alguien que es considerado necio puede ser malinterpretada como
sabiduría o prudencia.
Esto
puede ocurrir porque la sociedad muchas veces asocia el silencio con la
reflexión y la sabiduría, mientras que el exceso de palabras o la expresión
desordenada de ideas puede ser vista como una falta de juicio o falta de
control emocional. Sin embargo, Publio Siro advierte que esta interpretación
puede ser engañosa, ya que la falta de palabras o la expresión limitada puede
simplemente reflejar la ignorancia o la incapacidad de comprender algo, y no solo el silencio del sabio. Ya lo decía Sócrates: “habla para que te conozca”.
En
consecuencia creo que la
cita de Publio Siro sugiere que debemos ser cuidadosos
al interpretar el comportamiento de los demás, ya que la falta de expresión no
siempre significa sabiduría y la falta de palabras no siempre significa
ignorancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario