jueves, 25 de mayo de 2023

LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA, ESCRITOR AGRONÓMICO HISPANO

 

Lucius Junius Moderatus Columella, (Gades, Bética; 4 d. C. – Tarento; ca. 70 d. C.) llamado Columela, fue un escritor agronómico hispano de la Antigua Roma.

 

Nacido en Gades, provincia de la Bética, pertenecía a la tribu Galeria y estuvo un tiempo en el ejército romano y fue tribuno laticlavio en la Legio VI Ferrata en Syria en el año 35. Después se trasladó a la península itálica, donde, estimulado por el ejemplo familiar de su tío Marco Columela, consagrado a la agricultura en la Bética, puso en práctica sus conocimientos de agricultura en sus propiedades de Ardea, Carseoli y Alba.​

 

De su obra escrita nos ha llegado De re rustica (Los trabajos del campo), escrito hacia el año 42,​ y De arboribus (Libro de los árboles). Para la primera de estas obras, dividida en doce libros, se inspiró en agrónomos anteriores como Catón el Viejo, Varrón y otros autores latinos, griegos e incluso cartagineses, de los que da una amplia lista; cita expresamente a los geopónicos Julio Ático y a Julio Grecino, padre de Cneo Julio Agrícola, y no ignoró tampoco a Hesíodo, Homero, Ovidio, Lucrecio, Horacio, Virgilio, Plinio y Celso.​ Trata sobre todos los trabajos del campo en el más amplio sentido de la palabra: desde la práctica de la agricultura, la ganadería y la apicultura, hasta la cura de animales, pasando por la elaboración de distintos productos y conservas.​

 

En De arboribus trata sobre cultivos arbustivos como la vid y sobre árboles como el olivo o los frutales, e incluso flores como la violeta o la rosa. La obra de Columela es considerada el repertorio más amplio y documentado sobre agricultura romana.

 

La crítica sin embargo ha considerado que podría tratarse de la misma obra, que tuvo dos ediciones, una resumida, de la que se desgajó el De arboribus, y otra mucho más ampliada, que es la que ha llegado hasta nosotros en doce libros De re rustica, dedicados a Publio Silvino, un agricultor que poseía fincas aledañas a una de Columela. Lleva un prefacio en que se lamenta del desinterés existente por una materia tan importante: "Cualquiera que sea el género de estudio al que quiere aplicarse uno, se escoge el preceptor más dotado... Solo la agricultura, próxima y consanguínea con la sabiduría, está tan falta de discípulos como de maestros". Porque para él la agricultura es la expresión de una moral tradicional, severa y austera, que representa las viejas costumbres y virtudes romanas. La estructura de la obra es la siguiente:

 

I)                  Situación y construcción de la finca; ocupaciones de los esclavos.

 II)               Manutención del campo.

III-IV) La viña.

III)            Árboles frutale

VI-IX) Tratado completo de zootécnica.

VI, ganado mayor.

VII, ganado menor.

VIII, aves de corral.

IX, abejas y apicultura.

X) Jardines.

XI-XII) El campesino y ocupaciones de la masadera.

 

Cediendo a una petición de Silvino, y respondiendo al pie de la letra a los versos de las Geórgicas de Virgilio en que este se lamenta de no poder ocuparse de la jardinería, Columela, con la intención de llenar la laguna, desarrolla este argumento en el libro X en forma de floridos hexámetros, lejanos sin duda a la perfección virgiliana, pero no faltos de calor y de esmerada concisión.​ Compuso otras obras que se han perdido: unos folletos contra la astrología,​ un tratado sobre las viñedos y los árboles dedicado a Eprio Marcelo​ y un libro sobre las ilustraciones y los sacrificios que acaso no compuso enteramente.

 

Lucio Junio Moderato Columela nos recordaba la importancia de cada uno de dedicarse al cuidado de sus tierras y cultivos de forma responsable. En lugar de asignar esta tarea a los peores de sus esclavos, los amos deberían tomarla como una responsabilidad propia, evitando desdeñar el trabajo manual y la labor en el campo.

 Se quejaba de que muchos de los ciudadanos romanos habían abandonado la agricultura en favor de entretenimientos y placeres fugaces, descuidando sus responsabilidades como padres de familia. Quejándose de que se pasaban el tiempo en actividades frívolas y poco saludables, descuidando su propia salud y bienestar. Columela instaba a cambiar esta actitud indolente y reconectar con la importancia de cuidar de las tierras y de uno mismo, encontrando un equilibrio saludable entre el trabajo y el ocio. Así lo dejó escrito en esos cuatro párrafos de su obra "De re rústica" ( Los doce libros de agricultura), que los dejo a modo de ejemplo :

 1.- «Hemos puesto el cultivo de nuestras tierras a cargo del peor de nuestros esclavos, como si fuera un verdugo que las castigara por delitos que hubieran cometido.»

 2.- «Al presente no sólo nos desdeñamos de labrar por nosotros mismos nuestras heredades, sino que tenemos por cosa de ninguna importancia el nombrar capataz.»

 3.- «Los padres de familia, después de haber dejado la hoz y el arado, nos hemos metido de murallas adentro y movemos mas las manos en los circos y los teatros que en las mieses y en las viñas.

 4.- «Pasamos las noches en liviandades y borracheras y los días en jugar y dormir, teniéndonos por afortunados por no ver ni salir ni ponerse el sol. Y así la consecuencia de esta vida indolente, es la falta de salud, pues están los cuerpos de los jóvenes tan débiles y extenuados, que no parece que queda a la muerte mudanza que hacer en ellos.»

 

El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, Luis Alfonso Gil Sánchez, opina que la familia Columela fue la responsable de la introducción de los olmos ‘romanos’ en la península ibérica.​

 

En 1794, los botánicos José Antonio Pavón y Jiménez e Hipólito Ruiz López pusieron el nombre de Columellia en su honor a un género peruano de astéridas.​

 

En 1824, Juan María Álvarez de Sotomayor Rubio publicó De re rustica en español íntegramente y por primera vez: Los doce libros de agricultura que escribió en latín Lucio Junio Moderato Columela (Madrid, Miguel de Burgos, 1824, 2 vols.). El primero comprende los siete primeros libros, y el segundo los otros cinco. Hay tres ediciones facsímilares modernas: Santander, Sociedad Nestlé - A.E.P.A, 1979; Extramuros Edición, S.L., 2009; Valladolid: Maxtor Editorial, 2013.

 

Pese a su eficacia, la obra de Columela dejó escasos vestigios en la antigüedad. En el siglo IV lo imitó Rutilio Tauro Emiliano Paladio, autor de un Opus agriculturae, cuyo capítulo XIV, último de la obra, a imitación del agrónomo gaditano, lo escribió no en hexámetros, sino en dísticos elegíacos cuando trataba de los injertos. Con Celso, fue también Columela fuente importante para el tratado de veterinaria de Pelagonio, también del siglo IX, en 35 capítulos. El De re rustica fue conocido por los árabes desde el siglo IX y fue fundamental para la obra de Gabriel Alonso de Herrera ya en el siglo XVI; de sus fuentes se nutrieron largamente los naturalistas de la época renacentista, y luego Johann Matthias Gesner, más conocido como Gesnerus (1691-1761). Lo tradujo Juan María Álvarez de Sotomayor Rubio.​


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