Marco
Manilio (Marcus Manilius), poeta y astrólogo latino contemporáneo de Augusto y de Tiberio (ca. s. I d. C.). Probablemente
nació en el norte de
África.
Se
desconocen los datos de su biografía. Compuso el poema más antiguo que se
conoce sobre astrología y astronomía, Astronómicon o Astronomica, alrededor del
año 10 d. C., que ha llegado a la actualidad bastante completo en cinco cantos
o libros, el último incompleto. Es de inspiración estoica y de complicada
edición a causa de la terminología técnica y la compleja trayectoria ecdótica
de los manuscritos. Se dispone de una traducción al castellano (Madrid: Gredos,
1996).
Se
deduce de su poema que vivió en tiempos de Augusto o Tiberio y que vivió en
Roma o fue ciudadano romano. Richard Bentley suponía que era un asiático de expresión griega; F. Jacob
sospechaba que era africano. Sea como fuere, su poema representa la cumbre en
cuanto a didáctica astronómica se refiere.
Manilio
imita frecuentemente a Lucrecio; su
métrica sin embargo es más correcta y presenta su propias peculiaridades y
personalidad. Julio
Fírmico Materno
muestra conocer la obra, aunque no la cita. El sistema astrológico de las doce
casas aparece por primera vez en el poema de Manilio.
Comienza
por hacer una reseña de las principales constelaciones, remontándose a sus
orígenes y nombres mitológicos. Luego trata del principio del mundo, de las
diversas opiniones de los filósofos sobre el particular, de los elementos y de
la redondez o esfericidad de la tierra. Trata del cielo, de los astros, de los
signos del zodiaco, de las constelaciones extrazodiacales y, finalmente, de la
existencia de Dios, a quien denomina como universo. Refiere también las
opiniones de los antiguos acerca del engrandecimiento y naturaleza de los
cometas, y considera su aparición como un signo precursor de grandes
calamidades. El segundo y tercer libro los llama Julio César Escalígero isagógicos, esto es, libros
preparatorios y preliminares, porque no contienen más que definiciones sin
sentar doctrinas ni teorías. En ellos Manilio habla del mucho influjo que
ejercen, a su entender, los astros en los cuerpos terrestres; distingue los signos
del zodiaco en masculinos, femeninos, diurnos, nocturnos, anfibios y otros por
el mismo estilo, reproducidos mucho más tarde por Cornelio Agripa y Jerónimo Cardano. Habla también del signo de la
fortuna, y del modo de encontrarlo para echar el horóscopo: estos dos libros
están atestados, con preferencia a todos los demás, de astrología más que de
astronomía. En el cuarto libro trata de la acción y del influjo muy directo que
ejercen los astros sobre los destinos humanos. En el quinto habla de las inclinaciones
qne inspiran los astros a los mortales para dedicarse más bien a una profesión
que a otra, y de la fuerza que ejercen en sus costumbres y caracteres; este
libro es más curioso que los anteriores y contiene descripciones y episodios
que, según afirman algunos críticos, son dignos de Virgilio.
Había
dos manuscritos del Astronómicon en los siglos XI y XII, uno en el monasterio
de Gembloux (Brabante), ahora en Bruselas, y otro que permanece en la
biblioteca de Leipzig. El texto, desconocido para la Edad Media, fue
redescubierto por Poggio Bracciolini durante uno de sus viajes, cuando tuvo que
ir al Concilio de Constanza y estuvo allí en 1416 o 1417. La editio princeps
del Astronómicon fue preparada por el astrónomo Regiomontanus usando
manuscritos muy corruptos; la publicó en Núremberg alrededor de 1473. Una
edición crítica del texto fue hecha por el humanista Joseph Justus Scaliger
(París, 1579), y tuvo una segunda edición colacionada con más y mejores
manuscritos en Leiden (1600). Una edición ya bastante aceptable fue la del gran
filólogo Richard Bentley en 1739. La de A. E. Housman fue publicada en cinco
volúmenes entre 1903 y 1930 y es considerada hasta hoy la mejor junto a la de
G. P. Goold para la Loeb Classical Library (Harvard, 1977), que incluye una
buena traducción al inglés y una importante introducción. El mismo Goold
publicó en la colección Teubner (Leipzig, 1998) una nueva edición con mínimos
cambios respecto de su versión anterior.
Estructura
del Astronomicon: La obra, que se divide en cinco
libros, posee la siguiente estructura:
Libro
primero. Dedicado a la astronomía con una descripción del Cosmos que comprende
las hipótesis sobre su origen, las estrellas, los planetas, los círculos
celestes y los cometas.
Libro
segundo. Analiza las características de los signos del Zodiaco y las
posibilidades de conjunción que ofrecen.
El
tercero describen el modo de determinar el Horóscopo.
El
cuarto analiza los signos zodiacales y su influjo sobre los cuerpos humanos
mediante las llamadas influencias.
El
quinto examina los signos extrazodiacales.
El último capítulo de esta obra concluye bruscamente, por lo que muchos estudiosos han pensado que se trata de una obra incompleta que el autor no pudo completar a causa de su muerte.
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