En la
fascinante mitología romana, hay una diosa llamada Libitina que es conocida por
ser la gobernante del mundo de los muertos y protectora de los rituales
funerarios. Su nombre se ha utilizado durante mucho tiempo como sinónimo de la
misma muerte, y es interesante descubrir cómo esta deidad fue asociada con
otros aspectos divinos.
Libitina
tenía su santuario en un místico bosque sagrado, posiblemente ubicado al sur de
Roma, en el Monte Aventino. En este lugar sagrado se congregaban los
empresarios de pompas fúnebres, conocidos como libitinarii, quienes
desempeñaban un papel crucial en los rituales y preparativos para los
funerales. La diosa Libitina velaba por el cumplimiento adecuado de estas
obligaciones con los muertos.
El nombre de esta diosa se ha usado como sinónimo de la muerte. Fue comparada posteriormente con la diosa Proserpina. Su nombre era sinónimo de muerte (véase Horacio, Odas, III, 30).
Resulta
curioso cómo, a través de una conexión lingüística engañosa y su asociación con
el concepto de la pasión representada por la diosa Libido, esta antigua deidad
fue equiparada a Venus, la diosa del amor y la belleza. Así, su nombre pasó a
ser simplemente un epíteto de Venus. A pesar de esta relación simbólica,
Libitina carece de una leyenda o historia propia que la acompaña.
Se
cuenta que fue Servio Tulio, un antiguo rey de Roma, quien erigió los primeros
templos en honor a Libitina. Este monarca también se encargó de establecer
tumbas y garantizar el equipamiento necesario para llevar a cabo los funerales,
incluyendo a los enterradores.
En el
majestuoso Coliseo romano, se encontró la Porta libitinaria, una puerta
dedicada a Libitina. A través de esta puerta, se sacaban los cuerpos de los
gladiadores caídos en combate y los animales muertos durante los espectáculos,
como parte del sombrío y teatral proceso de despedida.
Así, Libitina se convierte en una figura intrigante dentro de la mitología romana, ya que personifica tanto la oscuridad de la muerte como la importancia de los rituales funerarios en la antigua sociedad romana.
Su conexión con Venus y su
presencia en el Coliseo añaden un elemento aún más fascinante a su historia,
recordándonos que incluso en el mundo de los dioses, la vida y la muerte están
intrínsecamente entrelazadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario