Julio
Canio Rufo (Cádiz - † Roma, siglo I) fue poeta hispanolatino.
El
poeta Canio Rufo fue originario de Gades, según se sabe por Marcial (Epigramas 1, 61), que se contó
entre sus amigos (Epigramas 7, 87; 10, 48) durante la estancia en Roma del de
Bilbilis entre los años 64 y 98 y que aparece citado en numerosas ocasiones en
los Epigramas. Estuvo unido a Theophila (Epigramas 7, 69), también vinculada a
las artes poéticas y al círculo estoico de Roma, según Marcial. Se desconoce la
fecha de su nacimiento, que habría que situar entre los gobiernos de Tiberio
(14-37) y Calígula (37-41); respecto a su muerte, aún vivía en el año 95, fecha
en que Marcial escribió el libro décimo de sus epigramas, en el que aparece
citado.
Fue autor de unas Res gestae conteniendo el relato de los gobiernos de Claudio (41-54) y Nerón (54-68) según se sabe por Marcial (Epigramas, 3, 20), aunque este texto no se ha conservado. Escribió también poesías de tono jocoso, además de algunas sátiras, elegías y parece que algo de tipo épico (Epigramas, 3, 20); en ese mismo círculo social de Marcial recitó sus composiciones (Epigramas, 3, 64) y frecuentó las villas de personajes como Tullus, Lucanus y un tal Pollio (Epigramas, 3, 20), que pudo ser uno de los senadores de origen bético.
Fue el destinatario de algunas obras de Marcial (Epigramas, 3, 100). Su estilo literario destacaba por su ingenio y dulzura, y
abordaba temas variados en su obra, como la sátira, la filosofía estoica y la
exploración de diversos aspectos de la vida cotidiana.
Aunque gaditano por nacimiento, vivió en Roma durante el reinado de Domiciano; allí fue celebrado por el ingenio y la dulzura de sus versos por su amigo Marco Valerio Marcial, quien decía de él que "se reía de todo", y también por Tito Livio; este último le reprendió suavemente por lo mucho que le gustaba el trato con las damas.
Entre sus muchas amantes terminó por ser su esposa al
parecer Teófila, poetisa de origen helénico, culta, amable y de morigeradas
costumbres, que practicaba la filosofía del Estoicismo. Canio Rufo fue elogiado por su talento y fue reconocido tanto
en su época como en generaciones posteriores. Su amistad con Marcial y Tito
Livio, así como su relación con su esposa Teófila, también poetisa y seguidora
del estoicismo, demuestran su relevancia en los círculos literarios y
filosóficos de la época. Según Marcial, era así:
Esta
es, Canio, la esposa prometida, / Teófila noble, sabia, elocuente: / la escuela
estoica, ha puesto preeminente / votara que debía ser admitida: / mujeril o
vulgar no creo su juicio, / del de Partemi poco difería; / al coro de las Musas
conocía / de que dio tantas veces claro indicio. / La misma Safo alaba sus
canciones, / y Platón por discípula la diera / en su escuela lugar cual
mereciera / Al gran conjunto de sus perfecciones. / A Safo superior fue en la
doctrina, / esta más casta que ella: en fin apenas / la renombrada y docta
Atenas / vio tan ilustre e ínclita heroína.
Canio
Rufo escribió elegías, epigramas y tragedias, y Casitto le atribuye ser el verdadero autor del Satyricon de Petronio, por lo que sigue siendo objeto de debate entre
los expertos.
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