“Existen otras islas
frente a Iberia, llamadas por los helenos Gimnasias, porque sus habitantes
viven sin vestidos en la época del verano, y por los indígenas y los romanos
son denominadas Baleares, porque [sus habitantes] suelen arrojar piedras
enormes con las hondas mejor que nadie.
[...] Su armamento
consiste en tres hondas: una de ellas la llevan en torno a la cabeza, otra
alrededor del vientre y la tercera en las manos. Cuando las necesidades de la
guerra lo exigen, son capaces de lanzar piedras mucho más grande de lo que
otros lo hacen, con una fuerza tal que el misil parece que es arrojado desde
una catapulta. Por ello, en los asaltos a las murallas, cuando sobreviene el
ataque, golpeando a los que se hallan sobre las almenas, les cubren las
heridas, y en las batallas campales destrozan los escudos, cascos y toda clase
de armas defensivas. Tal precisión tenían en alcanzar el objetivo que la
mayoría de las veces no yerran en el blanco propuesto. Causa de esto son los
constantes ejercicios que realizan desde la infancia, mediante los cuales,
siendo aún niños, son obligados por sus madres a tirar con honda sin cesar;
poniéndose ante ellos como blanco un pan colgado de cualquier palo no se da al
que pretende comer hasta que, habiendo acertado al pan, lo consigue de buen
grado de su madre para comerlo.”
( Diodoro de Sicilia )
“Pero en una ocasión en que unos cuantos malhechores
hicieron causa común con los piratas del mar, cobraron mala fama todos y tuvo
que hacer una expedición naval contra ellos Metelo, el apodado Baleárico, que
fue también el que fundó las ciudades. Como a causa de su misma fertilidad son
objeto de acechanzas, tienen fama, a pesar de ser pacíficos, de ser los mejores
honderos, y según dicen se ejercitaron en esta práctica sobre todo a partir de
que los fenicios ocuparan las islas. También se dice que fueron estos los
primeros que vistieron a sus gentes con túnicas de bandas anchas; pero iban al
combate sin ceñirse, llevando al brazo un escudo de piel de cabra y un venablo
endurecido al fuego, raramente provisto también de una pequeña punta de hierro.
Llevan alrededor de la cabeza tres hondas hechas bien de meláncranis (una
especie de junco con el que se trenzan las cuerdas; [...]), bien de crines o de
nervios, una larga para los lanzamientos a gran distancia, otra corta para los
tiros a corta distancia y otra mediana para los medianos. Se ejercitaban desde
niños con las hondas de tal modo que ni pan se les daba si no le acertaban con
la honda. Por eso precisamente Metelo cuando se acercaba a las islas por mar,
extendía pieles sobre las cubiertas como protección contra las hondas”.
( Estrabón en "Geografía")
una de las infanterias mas temidas
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