Cuando Publio Escipión creyó que el número de los suyos que
había entrado en la ciudad era ya respetable, envió, según la costumbre de los
romanos, a la mayoría de ellos contra la población civil, con la orden de matar
a todo aquel con el que se encontraran, sin perdonar a nadie; y no podían
lanzarse a recoger botín hasta oír la señal correspondiente. Creo que la
finalidad de esto es sembrar el pánico. Por eso en las ciudades conquistadas
por los romanos se puede ver con frecuencia no sólo personas descuartizadas,
sino perros y otras bestias.
( Polibio en "Historias", relatando la destrucción
de Nueva Cartago ( Cartagena) en 209 a. C. )
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