Tito Manlio Capitolino Imperioso Torcuato (en latín
Titus Manlius Capitolinus Imperiosus) hijo de Lucio Manlio Capitolino
Imperioso, el dictador del año 363 a. C., héroe favorito de la historia romana.
Poseía, de acuerdo a los relatos, las virtudes características de los antiguos
romanos, siendo un hombre valiente, un hijo obediente, y un padre severo, y
nunca permitió que los sentimientos o la amistad interfirieran con lo que él
consideraba su deber para con su país.
El tribuno Marco Pomponio acusó al padre de Manlio en
el año 362 a. C., por las crueldades que había practicado en su dictadura en el
año anterior, para excitar un odio contra él, representándolo, al mismo tiempo,
como un padre cruel y tiránico. Tan pronto como el joven Manlio oyó hablar de
esto, se apresuró a ir a Roma, obtuvo una cita con Pomponio temprano en la
mañana, y obligó al tribuno, bajo amenaza de muerte; a jurar que iba a
abandanar la acusación contra su padre. Aunque el dictador Manlio no era
popular entre el pueblo, y había recibido el apellido de Imperiosus a causa de
su altivez, sin embargo, estaban encantados con el cariño filial del joven
Manlio, que no sólo se le perdonó su violencia para con un tribuno de la plebe,
sino que lo eligió como uno de los tribunos de los soldados en el curso del
mismo año.
En el año siguiente, 361 a. C., según Tito Livio,
pues en otros relatos dan diferentes años, Manlio sirvió a las órdenes del
dictador Tito Quincio Penno en la guerra contra los galos, y en esta campaña
ganó gloria inmortal por la muerte en combate que le dio a un gigantesco galo,
que había salido de las filas de los celtas y había retado a un romano para
luchar contra él. Del cuerpo sin vida del bárbaro; Manlio tomó la cadena
(torques), que le adornaba, y la colocó alrededor de su cuello. Sus compañeros
en sus canciones le dieron el sobrenombre de Torquatus (Torcuato), sobrenombre
que lo siguió para siempre, y que se transmitió a sus descendientes. Su fama
llegó a ser tan grande, que fue nombrado dictador en el año 353 a. C., antes de
que obtuviera el consulado, a fin de continuar la guerra contra los Caerites y
los etruscos. En 349 a. C. se le volvió a ofrecerle la dictadura con el
propósito de la celebración de los comicios.
Dos años después, en 347 a. C., fue cónsul por
primera vez con Cayo Plaucio Veno Hypsaeus, año durante el cual nada de
importancia se produjo, salvo la sanción de una ley da fenore. Fue cónsul por
segunda vez en 344 a. C. con Cayo Marcio Rutilio, y una tercera vez en el año
340 a. C., con Publio Decio Mus
En su tercer consulado Torcuato y su colega ganaron
una gran victoria sobre los latinos, a los pies del Vesubio, batalla que
estableció para siempre la supremacía de Roma en el Lacio. En esta batalla, llamada
Batalla del Vesubio, Manlio fue capaz de aplastar a los aliados latinos y
perseguirlos hasta Campania, luego del sacrificio de Publio Decio Mus. El
nombre de Torcuato se hizo famoso en esta guerra a causa de la ejecución de su
hijo. Poco antes de la batalla, cuando los dos ejércitos estaban acampados
frente a otros, los cónsules hicieron el anuncio de que ningún romano debía
entrar en combate singular bajo pena de muerte. A pesar de esta proclamación,
el joven Manlio, hijo del cónsul, provocado por los insultos de un noble de
Tusculano de nombre de Mettius Geminius, aceptó el desafío, mató a su
adversario, y llevó el botín de sangre en triunfo a su padre. La muerte fue su
recompensa. El cónsul no pasó por alto esta infracción de la disciplina, y el infortunado
joven fue ejecutado por un lictor en presencia del ejército reunido. Esta
acción hizo a Torcuato un objeto de odio entre los jóvenes romanos, mientras
vivió y el recuerdo de su severidad se ha conservado en edades posteriores bajo
la expresión de la Manliana imperia.
Torcuato no es mencionado de nuevo por Tito Livio,
pero de acuerdo a los fastos fue dictador por tercera vez en el año 320 a. C.
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