En la batalla de Queronea de 86 a. C., el ejército de Sila
neutralizó noventa carros falcados de Mitrídates cargando contra ellos, y
privando así a aquellas armas temibles del impulso que necesitaban para romper
las líneas de los romanos. Una vez repelidos los carros, los romanos empezaron
a aplaudir y burlarse pidiendo que sacaran más, como se acostumbra hacer en el
circo en las carreras de caballos.... Utilizando la misma táctica, es decir,
acorralándolos con total rapidez, los romanos no dieron tiempo a los arqueros
de Mitridates a sacar sus arcos, y los obligaron a defenderse de sus atacantes
sujetando puñados de flechas co la mano como si fueran espadas.
( Plutarco en Vida de Sila )
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