La Primera Guerra Púnica, que enfrentó a Roma y Cartago de
264 a 241 a. C., fue el conflicto bélico ininterrumpido más largo de la Antigüedad.
En 260 a.C., el cónsul Cayo Duilio combatió con éxito contra
la flota cartaginesa en la batalla de Milas, frente a las costas de Sicilia,
infligiéndole una derrota por sorpresa, y fue el primero de todos los generales
romanos que consiguió el triunfo tras una victoria naval. Por esta razón se le
concedió un honor vitalicio: cuando regresaba de una cena lo precedía una
antorcha mientras tocaba un flautista.
( Tito Livio en "Períocas")
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