¡Salve el noble Julio César!. Saludos de su amigo Marco
Tulio Cicerón.
Me he encargado hoy de la defensa contra el Estado, de un
tal capitán Catón Servio, que es amado de sus soldados y cuyo nombre es
reverenciado por los militares; un hombre que fue hermano de armas del general Sila
y cuya conveniente o convincente muerte en la Mamertina (como tú quieras),
causaría mucho disgusto en el Ejército y haría que corrieran rumores
indignantes entre los soldados.
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