Cneo Pompeyo Trogo (en latín Cnaeus Pompeius Trogus)
fue un historiador galo-romanizado del siglo I a. C., perteneciente a la tribu
de los voconcios de la Galia Narbonense. Trogo cobró renombre durante la época
de Augusto y es casi contemporáneo de Tito Livio.
Su abuelo sirvió bajo las órdenes de Cneo Pompeyo
Magno en la guerra en Hispania contra Quinto Sertorio. El nombre de Pompeyo le
vino al ser adoptado por Pompeyo como agradecimiento a sus servicios. Su padre
sirvió a las órdenes de Julio César como secretario e intérprete.
Al parecer Trogo poseía conocimientos enciclopédicos.
Siguiendo el ejemplo de Aristóteles y Teofrasto escribió libros acerca de la
naturaleza, de los animales y las plantas. Parte de la gran obra de Plinio el
Viejo, Naturalis Historia se basa en los apuntes de Trogo.
Su principal obra, llamada Historiae Philippicae
(Historias Filípicas) está estructurada en cuarenta y cuatro libros, y se llama
así en honor al fundador del Imperio Macedonio, Filipo II, que es el tema
central de la narración. La obra habla de las partes del mundo que fueron
conquistadas por Alejandro Magno y sus sucesores. Trogo comienza su trabajo
hablando del legendario Nino, fundador de Nínive y termina en 9. Justino
escribió el epítome del trabajo perdido de Trogo y una serie de resúmenes de
sus libros. El último relato recogido por Justino habla de la recuperación de
las águilas perdidas frente a los partos (20 a. C.). La etnografía y geografía
características de la obra del historiador, confirieron a la misma una
injustificada reputación como obra universal, a pesar de que nunca fue tal la
intención de Trogo.
Trogo no menciona la historia de Roma hasta que la
República entró en contacto con Antigua Grecia y Oriente. Los escritos del
historiador están basados en los trabajos de diversos historiadores griegos de
la Antigüedad, como Teopompo, Éforo, Timeo o Polibio. Es probable que Trogo no
reuniera la información procedente de estos historiadores por sí mismo, sino
que ya ésta había sido compilada en un libro por algunos griegos (probablemente
Timágenes de Alejandría).
Su idea de como redactar la historia es más cerrada y
menos retórica que la de Salustio y Livio, a los que acusa de poner en boca de
los personajes de sus historias discursos que ellos mismos habían escrito. Su
gran obra se perdió y sólo Justino poseyó parte de ella que cita en su epítome.
Parte de la misma ha sido citada por historiadores como Flavio Vopisco,
Jerónimo de Estridón y Agustín de Hipona. A pesar de estar en su mayoría
perdida, la obra se considera como una autoridad en la historia antigua de
Oriente.
Trogo trambién es autor de los llamados Prólogos, un
sumario redactado con posterioridad a las Historiae.
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