Marco Tulio Tirón (103 a. C. – 4 a. C.) fue
secretario de Marco Tulio Cicerón, el famoso orador y político romano, quien le
cita frecuentemente en sus cartas. Nació como esclavo en casa de Cicerón y fue
después manumitido, aunque continuó trabajando para él como liberto.
Después de la muerte de Cicerón se hizo cargo de la
compilación completa de sus cartas, discursos y libros. También compuso un
cierto número de libros propios, que no se han conservado. Es más conocido por
haber inventado la «notación tironiana», un sistema de taquigrafía con el que
transcribía los discursos de Cicerón.
La fecha de nacimiento de Tirón es dudosa. San
Jerónimo la sitúa en el año 103 a. C., con lo que Tirón sería solo tres años
más joven que Cicerón. Sin embargo, es posible que fuera bastante más joven ya
que Cicerón se refiere a él, hacia el año 50 a. C., como adulescentem.
Es posible que Tirón fuera un verna —es decir, un
esclavo nacido en casa— y que su nacimiento se produjera en la villa de Cicerón
en Arpino, de donde vino con su familia a Roma. Sin embargo se sabe con certeza
que su familia sirvió a la de Cicerón, al menos durante tres generaciones. El
padre de Tirón falleció cuando él era joven; su abuelo, Marco Tulio Tirón «el
viejo», sirvió también a Cicerón.
En sus cartas, Cicerón se refiere a Tirón con
frecuencia. Le destinaba a escribir al dictado, a descifrar su propia escritura
y a atender a su mesa, a su jardín y a sus finanzas. Siempre armado con su tablilla
para escribir acompañó a Cicerón en todo momento, lo cual contribuyó a su
enriquecimiento cultural. Cicerón subraya lo útil que le es en su trabajo y en
sus estudios.
Tirón fue esclavo de Cicerón, lo fue de un modo que
se contentarían de serlo muchas personas libres. Era el amigo, el consejero y
el confidente de sus amos en cuya familia había recibido una educación tan
liberal como si hubiera sido hombre libre y de las mejores casas de Roma. El
amor de Tirón a sus amos no se puede comparar sino al que estos le tenían. En
las pocas cartas que nos quedan de Cicerón a él se hallan tales expresiones de
afecto que no las hay iguales en las que escribía a su propio hijo.
En el año 53 a. C. recibió la manumisión. Según la
costumbre, cambió su nombre tomando el prænomen (Marco) y el nomen (Tulio) de
su antiguo dueño. Pero siguió ligado a Cicerón, ahora como liberto, sirviéndole
de secretario y acompañándolo en sus viajes. A la edad de 51 años contrajo la
malaria, una enfermedad que le limitó en su disponibilidad para viajar y que
preocupó a Cicerón, como se aprecia en varias de sus cartas.
Tras el asesinato de Cicerón en 43 a. C., Tirón se
retiró a una finca cercana a Puteoli. Allí, afirma san Jerónimo, murió en el
año 4 a. C. a la edad de noventa y nueve años.
Se tiene a Tirón como autor de varias obras, de las
que solo se conservan unas pocas citas. Solo las recopilaciones de los escritos
y cartas de Cicerón se conservan completas.
Tirón ayudaba a Cicerón a escribir sus discursos,
tomaba nota de los que improvisaba gracias al sistema de taquigrafía que
estableció, y perseguía las erratas de los copistas de los talleres de edición.
También le ayudó en la escritura y depuración de sus tratados. Al mismo tiempo
guardaba un archivo de los escritos de Cicerón, especialmente de sus cartas.
Tras la muerte de Cicerón, se encargó de recopilar y editar la producción
escrita de este.
Las obras propias de Tirón, no conservadas, son:
Vida de Cicerón, en cuatro volúmenes.
Expresiones de Cicerón, en tres volúmenes.
El uso y razón de la lengua latina, en varios
volúmenes.
Pandectas, miscelánea de cuestiones varias.
Cartas.
A veces se le ha considerado autor de tragedias al
estilo de Sófocles pero puede que las fuentes solo se refieran a traducciones.
Tirón puede ser considerado uno de los padres de la
taquigrafía occidental. El propio Cicerón le sugirió adaptar las «notas
griegas», un sistema de escritura rápida utilizado por Jenofonte para
transcribir los discursos de Sócrates.
Tirón termina inventando un sistema personal de
abreviaturas, conocido como las annotationes tironianae, consistente en
seleccionar una serie de signos distintos para las raíces y para las
desinencias de las palabras. Estos signos o «notas» solían quedar ligados
formando signos compuestos para abreviar palabras enteras, algo muy similar a
lo que estipulan los sistemas posteriores de taquigrafía.
Este sistema fue continuado por otros transcriptores
antiguos —como Aquila, esclavo de Mecenas— y por los monjes medievales. Algunas
de estas «notas» se conservaron durante el Renacimiento y la Ilustración,
llegando hasta nuestros días: abreviaturas como «&» ó «⁊»,
para abreviar la conjunción latina et, proceden en último término del sistema
de Tirón.
Tirón aparece varias veces en la serie de novelas
ambientadas en la Roma clásica Roma sub Rosa, de Steven Saylor, normalmente
como ayudante del personaje principal, el detective Gordiano el sabueso.
También aparece como el narrador principal en la
trilogía de Robert Harris dedicada a novelar la vida de Cicerón, formada por
los títulos Imperium (2006), Conspiración (2009) y Dictator (2015).
De él le dice Cicerón en una de sus cartas: "Los servicios que me has
prestado son innumerables: en mi hogar y fuera de el, en Roma y en el
extranjero, en mis asuntos privados y públicos, en mis estudios y en mi obra
literaria".
El historiador romano Quinto Asconio Pediano dijo sobre Marco Tulio Tirón, secretario de Cicerón. que además de ser el amanuense del orador y su ayudante en su labor literaria, fue un autor de reconocida reputación y el inventor del arte de la taquigrafía, lo que le permitió registrar con exactitud las palabras de los oradores independientemente de la rapidez del discurso. Tras la muerte de Cicerón, Tirón compró una finca rústica en los alrededores de Puteoli, donde se retiró y vivió, según Jerónimo, hasta los cien años.
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