Hay muchos que buscan la ocasión de provocar la guerra para
satisfacer sus ambiciones y esta tendencia es más notoria en hombres de fuerte
carácter, especialmente si tienen genio guerrero. Pero si consideramos bien el
asunto, encontraremos que muchas negociaciones civiles han sobrepasado en
importancia y celebridad a las operaciones de la guerra. Aunque las hazañas de
Temístocles sean justamente ensalzadas y su nombre se amás ilustre que el de
Solón, aunquese cite Salamina como testigo de la brillante victoria que eclipsa
la sabiduría de Solón al fundar el Areópago, hay que reconocer que la obra del
legislador es no menos gloriosa que la del jefe militar
( Cicerón en "Los deberes morales" )
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