Veintitrés
heridas encontró el médico en la autopsia, pero opinó que si hubiera recibido
atención inmediata, y gracias a su robusta constitución física, fruto de tantos años de campañas militares, ninguna habría sido mortal excepto la que se clavó
directamente al corazón, por parte de Décimo Bruto.
El médico
opinó que César murió en cuanto recibió este golpe mortal. Y no necesitó abrir
el pecho para saber que el puñal penetró en el corazón. Una herida en el corazón
es siempre mortal.
Sacó
la conclusión de que dos de sus agresores actuaron por motivos muy personales
cuando se fijó en la cara y en los genitales. Quienes le apuñalaron en el
rostro y en los genitales lo conocían mucho mejor que los otros. Y es que la
envidiable belleza y la virilidad de César los ofendía. ¿Dos despechados?.
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