Nuestro hogar será un papilio, una tienda, normalmente
hecha de cuero ungido con aceite (la piel de becerro y la de cabra son las
opciones mas frecuentes), y en la que se alojaran ocho legionarios. El espacio,
por tanto, no abunda, por lo que normalmente el equipo se deja apilado fuera,
con el escudo dentro de su funda puesto encima para ofrecer al resto cierta protección.
En cuanto se entra en el campamento puede verse si el suelo esta húmedo. Cuanto
mas embarrado este, mas bajas e inclinadas estarán las tiendas, porque los
soldados plegaran la parte inferior de las paredes tendiendo un "aleron"
de cuero para evitar dormir con la cabeza sobre el barro. Cuando mas baja sea
la tienda, menor será el volumen interior, y mas fácil resultara caldearla con
el calor corporal de los legionarios, algo que resulta muy útil cuando la
campana de desarrolla en una primavera o un otoño fríos. Si el clima es caluroso, el frente de
la tienda puede dejarse abierto y levantado, para permitir que corra la brisa
por el interior.
Un detalle importante del diseño de la tienda es que
los vientos sean bastante cortos, y los legionarios pronto aprenderán a moverse
alrededor de ella sin tropezar. Resulta
poco sorprendente que las tiendas de los centuriones sean mas grandes y estén
mejor equipadas que las de los soldados.
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