PROPÓSITO .- Mientras tanto, es muy posible que bajo tierra
se este librando una guerra aun mas horrible. Ser destinado a la excavación de túneles
hace que el resto de los aspectos de un asedio parezcan alegres en comparación.
La idea es la de cavar un túnel hasta llegar justo debajo de las murallas
enemigas. Una vez allí, los mineros desmantelaran los cimientos y los sustituirán
por postes de madera. Finalmente, los zapadores incendiaran estos postes y se
retiraran. Si todo va bien, el muro -repleto de defensores- se desplomara justo
antes de la llegada de los asaltantes, que podrán penetrar fácilmente entre las
ruinas.
PRIMERA CONTRAMEDIDA: ANTIPERSONAL.- Si el enemigo descubre lo que esta ocurriendo las
cosas pueden ponerse feas. Esto puede hacerse golpeando el suelo justo al pie
de la cara interna de la muralla con un escudo de cobre fabricado con una forma
muy concreta. El sonido indica si el terreno no es tan sólido como debería. Una
vez que se conozca la posición aproximada de la mina enemiga se iniciara la excavación
de una contramina. Así, además del constante peligro de desplome y asfixia, los
zapadores también se enfrentan a la posibilidad de un combate subterráneo contra
defensores bien armados. Muchas veces ni siquiera bajaran ellos mismos a la
contramina, sino que enviaran (por ejemplo) un jabalí rabioso o un par de nidos
de avispas. Como alternativa, también pueden llenar de humo el túnel de los
zapadores para que se asfixien dentro.
SEGUNDA CONTRAMEDIDA: lunetas Incluso si la excavación
de un túnel tiene éxito, puede ser arruinada con la construcción de una nueva muralla
tras la sección destinada al derribo. A esas murallas se les llama lunetas. Están
curvadas, en forma de media luna, para ofrecer una mejor línea de tiro contra
la vanguardia y los flancos de la partida de asalto que acude con la
perspectiva de pasar limpiamente entre las ruinas de la muralla original. Esta
es una de esas situaciones en las que resulta conveniente adoptar la formación
en testudo. Gracias a su riguroso entrenamiento, los legionarios pueden hacer
que esta formación sea lo suficientemente firme como para que un carro pueda
correr por encima. Esto resulta bastante útil cuando te están tirando cosas, y
funciona incluso si los proyectiles son bastante contundentes, aunque no es así si el enemigo ha tenido la precaución de preparar ollas de aceite hirviendo.
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