miércoles, 31 de diciembre de 2014

LUCIO CORNELIO SILA ILUSTRA A SU HIJO SOBRE LAS MUJERES


En nuestro mundo romano las mujeres son distintas de los hombres. Y  las hembras no se les da otra opción que tener que hacer lo que se les dice su paterfamilias, porque así lo estipula la ley romana. La única razón por la que el paterfamilias carga con el  gasto de las hijas es porque puede valerse de ellas para mejorar su situación o la de su hijo. Si no, ¿para qué alimentarlas y vestirlas durante dieciocho años? Hay que darles una buena dote y eso el padre de familia lo hace a fondo perdido. Mira, hijo mío, a las chicas sólo se las utiliza para obtener ventajas. Aunque, oyendo gritar a tu hermana como se opone a casarse con el chico que yo he elegido para ella, no sé si no tenían más razón en la época antigua, cuando a las niñas las ahogaban en el Tíber.




Tienes que entender que las mujeres son seres inferiores, joven Lucio Cornelio. Tejen sus ilusiones en las telas, no en el telar del tiempo. No tienen ninguna importancia en el mundo; no hacen la historia, ni gobiernan. Las cuidamos porque es nuestra obligación y las protegemos contra las preocupaciones, la pobreza, las responsabilidades... Por eso, si no mueren al dar a luz, viven más que los hombres. A cambio de eso, nosotros les exigimos obediencia y respeto.

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