jueves, 11 de diciembre de 2014

ADVERTENCIA DE JULIA DE LOS CÉSARES, VIUDA DE CAYO MARIO, A SU HIJO CAYO MARIO EL JOVEN, SOBRE LA NO CONVENIENCIA DE PRESENTARSE COMO CANDIDATO A CÓNSUL SIN HACERLO PASANDO POR LA TRADICIÓN DE QUE SEA "IN SUO ANNO" Y ENFRENTARSE A SILA



Pero no en tu condición de representante recién elegido del Senado y del pueblo. Ser cónsul significa aceptar la responsabilidad suprema. Estarás al mando de los ejércitos de Roma -dijo Julia, mientras le rodaba una lágrima por la mejilla-. Serás la causa máxima de preocupación de Sila, y es un hombre terrible. Yo no le conozco, no tan bien como tu tía Aurelia, Cayo, pero s ilo bastante. Incluso hubo una época en que le estimaba, cuando cuidaba de tu padre, no sé si lo sabes... Se esforzaba por limar todos los inconvenientes que constantemente rodeaban a tu padre. Era un hombre más paciente y perspicaz que tu padre, y hombre de honor al mismo tiempo. Pero tu padre y Lucio Cornelio tenían en común un rasgo muy importante: cuando todo falla, desde la constitución hasta el apoyo popular, son o eran capaces de pasar por encima de todo para lograr sus propósitos. Por eso los dos marcharon sobre Roma, y por eso Lucio Cornelio volverá a hacerlo si Roma adopta la decisión de elegirte cónsul. El simple hecho de tu elección le hará ver que Roma se propone luchar contra él hasta las últimas consecuencias, y que no puede haber solución pacífica -añadió, con un suspiro, enjugándose la lágrima-. Por Sila es por lo que quiero que cambies de idea, querido Cayo. Si tuvieses su experiencia, no digo que no pudieras vencer. Pero no es así y te derrotará. Y yo perderé a mi único hijo.


 ( C. McC. )

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