Las flotas combinadas pasaban revista, y cuando se encontraban a
la distancia suficiente del estrado imperial para ser oídas, las tripulaciones
dieron el grito tradicional de «¡Ave, César, los que van a morir te saludan!».
Claudio contestó alegremente, «Eso depende de vosotros, amigos míos», dando a
entender que los que lucharan bien no serían ejecutados. Sin embargo, las
tripulaciones gritaron, «¡Buen César! Si depende de nosotros, preferiríamos no
luchar». Luego, las dos flotas navegaron juntas, felicitándose unos a otros.
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