Claudio Rutilio Namaciano fue un poeta galo de principios del
siglo V. Proveniente del sur de la Galia, llegó a ser prefecto en las regiones
italianas de Toscana y Umbría. Su única obra conocida es el poema De reditu suo
libri duo del que sólo se conserva una parte. Fue escrito hacia el año 420. En
él habla sobre la grandeza y el antiguo esplendor de Roma y, además, critica
acerbamente el Cristianismo.
Rutilio Namaciano nació al sur
de la Galia y, como Sidonio Apolinar, pertenecía a una de las grandes
familias provinciales galas. Su padre Lacanius había sido gobernador de Tuscia
(Etruria y Umbria), tesorero imperial (comes sacrarum largitionum) y prefecto de
Roma (praefectus urbi). Eran de origen celta, ya que el nombre Namaciano y su
variante Namacio son antropónimos en esta lengua. Rutilio también realizó su
carrera dentro de la administración imperial y llegó a ser secretario de estado
(magister officiorum) y prefecto de Roma en el año 414. Sin embargo se conocen
pocos detalles sobre su vida.
Durante los años centrales de
su vida Roma y el imperio vivieron unos años especialmente convulsos: el
dominio a la sombra de Estilicón, los ataques del visigodo Alarico I,
el saqueo de Roma en 410... Aunque el paganismo (o politeísmo) hacía unos años
que había sido prohibido oficialmente con el Edicto de Tesalónica (380),
Namaciano era un pagano convencido que pertenecía al círculo del orador Quinto
Aurelio Simmaco, con lo que se oponía a las políticas favorables al
Cristianismo y a las alianzas con los pueblos germánicos que se iban haciendo
con el poder en varias provincias del imperio. En este sentido, forma parte de
la denominada «reacción pagana» de finales del siglo IV y principios del V.
La única obra conocida de
Namaciano es el poema De Reditu Suo («Sobre su regreso»), también conocida como
Iter Gallicum, escrito en dísticos elegíacos. Su importancia literaria e
histórica se ha reconocido claramente en los últimos años, coincidiendo con los
estudios historiográficos más profundos que se han hecho sobre la época del
bajo imperio. Pese a que solamente nos ha llegado en forma fragmentaria, con
setecientos versos, la mayor parte del segundo libro se ha perdido, excepto 68
versos, la calidad literaria del poema lo convierte en una de las últimas
grandes muestras de literatura romana.
El poema describe un viaje
costero por mar desde Roma, concretamente del puerto de Ostia, el 31 de octubre
del 417, hasta la Galia, aun cuando los fragmentos conservados solamente llegan
hasta el puerto de Luna, actual Luni, algo más al norte de Pisa, el 11 de
noviembre del mismo año. Namaciano describe el viaje de retorno a sus tierras
de la Galia, devastadas por la invasión de los vándalos. Es significativo que el
viaje se haga por mar y no por las grandes vías consulares, en aquellos
momentos impracticables y poco seguras a causa de los ataques de los bárbaros.
Tras un emocionante y famoso
elogio de Roma y su ideal universalista, el autor describe los paisajes que ve
y reflexiona, a menudo de forma melancólica, como buen representante de la
«reacción pagana» del círculo de Símmaco, que añora la grandeza y rectitud del
pasado romano. El poema logra sus momentos más emotivos cuando describe el
clima de decadencia de las tierras del imperio, que Namaciano atribuye a los
bárbaros, al Cristianismo, a los hebreos y a los monjes, cuyos conventos ya
pueblan las islas y a los que llama lucifugi viri, «hombres que huyen de la
luz»; al mismo tiempo, Namaciano confía en la recuperación de Roma y de sus
tradiciones y proclama su misión histórica: Feciste patriam diversis gentibus
unam, «Hiciste una sola patria para pueblos diversos» y Ordo renascendi et
crescere posse malis, «La ley de tu renacimiento es poder crecer por medio de
tus calamidades». Estas reflexiones se unen a violentas sátiras culturales y
políticas. Estilísticamente Namaciano utiliza los dísticos elegíacos con gran
habilidad y pureza formal, que delatan un estudio profundizado de la poesía de
la era clásica de Augusto. Utiliza un latín sorprendentemente clásico para la
época, tanto con respecto al vocabulario como a la gramática.
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