EMPERADOR JULIANO EL APÓSTATA |
Alcanzó
tal extremo de maldad que, si algún tipo de cruel castigo le había pasado
desapercibido hasta entonces, lo inventa y, complacido, ofrece como espectáculo
las desgracias de los pobres ciudadanos. Atando hombres vivos a un carro,
ordena que sean llevados y arrastrados por los aurigas, presidiendo él mismo y
contemplando estos hechos.
EMPERADOR MAGNENCIO |
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