No puede ocurrir lo mismo que
en Arausio. Si a uno de vosotros se le ocurre siquiera tirarse un pedo en una
dirección que previamente no haya establecido yo en persona como la dirección
correcta para tirarse pedos, le cortaré las pelotas y lo enviaré a los mercados
de eunucos de Alejandría. Y lo digo muy en serio. Mi imperio es maius, y eso
significa que puedo hacer lo que me plazca. Desde el primero hasta el último de
vosotros recibirá órdenes escritas tan detalladas y completas que ni siquiera
tendréis que decidir por vosotros mismos qué cenaréis pasado mañana. Vosotros
haréis lo que se os diga. Si alguno no está dispuesto a obedecer, que hable
ahora. De lo contrario cantará como una soprano en la corte del rey Ptolomeo. ¿Entendido?.
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