Durante un rato permaneció tranquilo, pero cuando el veneno
afectó al estómago e intestinos, se apoderó de él un mareo seguido de una
vomitona, bien porque la comida y abundante bebida ingeridas antes rechazaban
el veneno, bien por haber tomado previamente un antídoto, como suelen tomar los
emperadores siempre antes de cada comida. Pero, ante aquella vomitona, Marcia y
los otros, temiendo que arrojara todo el veneno y que se recuperara y fuera la
ruina de todos, persuadieron con promesas de generosas recompensas a un tal
Narciso, joven decidido y fuerte, para que se acercara a Cómodo y lo
estrangulara. Él irrumpió en habitación del emperador, que estaba abatido por
el veneno y el vino, y le apretó el cuello hasta matarlo. Este fue el fin de
Cómodo después de trece años de gobierno tras la muerte de su padre. De más
noble cuna que los emperadores que le precedieron, aventajaba a los hombres de
su tiempo por su agradable apariencia y las adecuadas proporciones de su
físico, y, si hay que referirse a sus cualidades de varón, diremos que no fue
inferior a nadie en puntería y destreza. Sin embargo, deshonró las dotes que la
fortuna le había deparado con una conducta vergonzosa, tal como antes se ha
relatado.
( Herodiano en "Historia
del Imperio Romano después de Marco Aurelio" )
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