Gracias
a ti Teodosio hemos adoptado una actitud firme y creemos que ahora frenaras el
ímpetu que el éxito ha concedido a los escitas godos y que apagaras el incendio
que lo devora todo. El espíritu de lucha
vuelve a animar a la caballería y a la infantería. Has conseguido ya que hasta
los agricultores sean el terror de los bárbaros. Si tu, aunque no aun en el
campo de batalla contra los culpables godos, has frenado su contumacia con solo
instalar tu campamento en las inmediaciones y establecer un bloqueo. ¿Cuales no
serán los padecimientos que embarguen a esos condenados canallas cuando te vean
dispuesto a blandir la lanza y a tomar tu escudo, centelleando junto a ti el
fulgor de tu casco?.
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