Así el imperio fue en aquel tiempo
esclavo de dos emperadores a la vez, Nerón y Helio; y soy incapaz de decir cuál
de los dos era peor. En muchos aspectos se comportaban exactamente igual,
siendo el único punto de diferencia que el descendiente de Augusto emulaba a
los tañedores de lira y a los actores, mientras que el liberto de Claudio emulaba a los
césares.
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