Cuando la noticia fue
confirmándose se produjo mas alegría que temor. Además, aduladores expertos
alababan la buena fortuna del príncipe, que había conseguido un contingente de
tropas tan numerosas y procedentes de tierras muy alejadas, de manera que, casi
sin esperarlo, uniendo sus propias tropas y las extranjeras, tendría un
ejercito invencible. Y añadían que, aparte de la ayuda militar que las
provincias aportarían anualmente, su tesoro se vería incrementado con una gran
cantidad de oro.
( Amiano Marcelino)
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