viernes, 9 de junio de 2023

ULPIA SEVERINA, LA ÚNICA EMPERATRIZ REINANTE DEL IMPERIO ROMANO

ULPIA SEVERINA: LA EMPERATRIZ QUE GOBERNÓ EL IMPERIO ROMANO

 

Ulpia Severina fue una emperatriz romana consorte, esposa del emperador Aureliano desde c. 270 a 275. Severina nació en una familia noble de la provincia romana de Dacia, en lo que hoy es Rumania. Desde temprana edad, demostró una gran inteligencia y una educación esmerada. Su belleza y encanto también eran reconocidos, lo que la convirtió en una candidata deseable para un matrimonio político estratégico. Pero no solo eso, sino que también fue la única emperatriz que gobernó por sí sola el Imperio Romano por derecho propio durante un breve período de interregno tras la muerte de su esposo. Su vida está envuelta en misterio y solo se la conoce por acuñaciones numismáticas e inscripciones, ya que ninguna fuente literaria sobreviviente la menciona. ¿Quién fue esta mujer que se atrevió a tomar las riendas de un imperio dominado por hombres?. Te lo cuento en esta detallada y entretenida biografía:

 

PRIMEROS AÑOS Y FAMILIA

 

No se sabe con certeza cuándo ni dónde nació Ulpia Severina, pero se cree que pudo haber sido a principios del siglo III en alguna provincia del Danubio, posiblemente Dacia (actual Rumanía). Su nomen Ulpia sugiere que pudo haber estado relacionada con el emperador Trajano o con el usurpador Leliano, debido a que ambos compartían el mismo nomen, y quizás de Dacia, donde el nombre era común.

 

En el año 218 d.C., Severina contrajo matrimonio con Lucio Domicio Aureliano, que sería conocido como el emperador Aureliano. Este matrimonio fue una unión política destinada a fortalecer los lazos entre la nobleza dacia y el emperador. A pesar de que Aureliano era un líder militar y un gobernante respetado, su reinado estuvo lleno de desafíos y amenazas, como las invasiones bárbaras y las revueltas internas. Antes de que se convirtiera en emperador en el año 270, Aureliano era un general de origen humilde que ascendió por el escalafón militar hasta llegar al trono durante la crisis del siglo III, una época de inestabilidad política, económica y social que amenazaba la supervivencia del imperio.

 

Severina desempeñó un papel fundamental durante este período turbulento. Aunque no hay muchos registros que detallen sus acciones específicas, se cree que ejerció una gran influencia sobre su esposo, aconsejándolo en asuntos de gobierno y política. Algunos historiadores incluso sugieren que Severina pudo haber participado activamente en la toma de decisiones y en la resolución de conflictos durante el reinado de Aureliano.

 

EMPERATRIZ CONSORTE

 

Probablemente fue proclamada augusta en el otoño de 274, después de que Aureliano celebrara su triunfo en Roma. Recibió los títulos de Pía, Agusta y Mater Castrorum, Senatus et Patriae (Madre de los ejércitos, del Senado y de la Patria), que se otorgaban a las emperatrices de forma tradicional desde Otacilia Severa, la esposa de Filipo el Árabe.

 

Como esposa del emperador, Ulpia Severina acompañó a Aureliano en sus campañas militares contra los bárbaros y los usurpadores que se habían hecho con el control de algunas regiones del imperio. Entre sus logros más destacados están la derrota de los godos en Iliria, la recuperación de las Galias y Britania bajo el dominio de Tétrico I y la conquista de Palmira y Egipto bajo el dominio de Zenobia. La influencia de Severina no se limitaba al ámbito político. También fue una figura destacada en la sociedad romana de la época. Se sabe que fue una patrona de las artes y las letras, apoyando a poetas y filósofos. Además, fue una defensora de la religión romana tradicional y se dice que promovió la construcción de templos y la celebración de rituales en honor a los dioses romanos.

 

Una de las acciones más destacadas de Severina fue su apoyo a la política de Aureliano de restauración del Imperio Romano. Durante su reinado, Aureliano logró recuperar grandes territorios que habían sido perdidos durante el período de crisis del siglo III. Estas victorias militares llevaron a la restauración de la unidad y la estabilidad del imperio.

 

Su imagen aparece en numerosas monedas junto a la de su esposo o sola, mostrando su importancia y su influencia. También se han encontrado inscripciones dedicadas a ella en varios lugares del imperio, como Roma, Ostia, Aquilea o Antioquía.

 

EMPERATRIZ REINANTE

 

Aureliano fue asesinado en septiembre u octubre de 275 por una conspiración de oficiales en Tracia. Su muerte dejó un vacío de poder que duró entre cinco y once semanas hasta que el Senado eligió a Tácito como su sucesor. Durante ese tiempo es muy probable que Ulpia Severina decidiera ocupar el cargo de emperatriz del Imperio Romano de forma legítima.

 

La principal fuente para constatar este gobierno se encuentra en la numismática, ya que se acuñaron algunas monedas que representan a la emperatriz haciendo uso de abundantes temas militares (principalmente de la Concordia Militum), que datan de momentos posteriores a la muerte de su marido. Este hecho inusual pone de manifiesto la posibilidad que Ulpia Severina hubiera sido la primera mujer que gobernó el Imperio Romano por derecho propio.

 

Además, se han encontrado inscripciones que la nombran como Augusta y Dominus Noster (Nuestro Señor), un título reservado solo para los emperadores. También se ha sugerido que pudo haber nombrado a su hija como César, es decir, como heredera del trono, aunque no hay evidencias claras de ello.

 

No se sabe cómo fue su relación con Tácito, el nuevo emperador elegido por el Senado, ni si tuvo algún papel en su elección. Tampoco se sabe qué pasó con ella después de que Tácito asumiera el poder. Algunos historiadores creen que pudo haber muerto poco después, otros que se retiró de la vida pública o que siguió influyendo en la política desde las sombras. Lo cierto es que su nombre desaparece de las fuentes y su destino queda en la oscuridad.

 

CONSIDERACIONES FINALES

 

 

En un contexto histórico y social en el que el poder estaba predominantemente en manos de hombres, el hecho de que Ulpia Severina gobernara el Imperio Romano como emperatriz reinante fue extremadamente difícil y excepcional. La sociedad romana de la época estaba arraigada en una mentalidad patriarcal y machista, donde las mujeres tenían roles y responsabilidades limitados. Sin embargo, Severina desafió estas normas establecidas y se convirtió en una figura de poder por derecho propio siendo una mujer extraordinaria que se atrevió a hacer lo que ninguna otra había hecho antes: gobernar el Imperio Romano por sí misma. Su caso es único en la historia romana, ya que ninguna otra emperatriz o mujer influyente logró ejercer el poder supremo sin depender de un marido, un hijo o un hermano. Comparando el caso de Severina con otras emperatrices y mujeres influyentes de la historia romana, podemos ver que cada una enfrentó desafíos únicos y superó barreras establecidas. Livia Drusila, por ejemplo, ejerció una gran influencia política a través de su esposo, el emperador Octavio Augusto. Agripina y Mesalina también utilizaron su posición de emperatriz para influir en la política y obtener poder. Sin embargo, ninguna de ellas alcanzó el estatus de emperatriz reinante como lo hizo Severina.

 

Al igual que otras emperatrices y mujeres influyentes de la historia romana, como Livia, Agripina y Mesalina, Severina tuvo que enfrentar numerosos desafíos y resistencias. La política romana estaba dominada por hombres, y el concepto de una mujer gobernante resultaba amenazante para muchos de ellos. Además, existía una desconfianza arraigada hacia las mujeres en posiciones de liderazgo, lo que llevaba a que se cuestionara su capacidad para gobernar con eficacia.

 

Ulpia Severina, en cambio, se enfrentó al desafío de asumir el mando del imperio en un momento de crisis y de inestabilidad con todos los riesgos que conllevaba, y de hacerse respetar por el Senado, el ejército y el pueblo. No sabemos cómo lo consiguió, ni qué obstáculos y resistencias tuvo que superar, pero lo cierto es que su breve reinado fue un hito histórico que merece ser recordado y valorado. ¿Qué opinas tú de esta emperatriz romana? ¿Crees que fue una buena gobernante o no? ¿Crees que merece más reconocimiento o no? Te invito a dejar tus comentarios y a compartir este artículo con tus amigos. ¡Hasta la próxima!.


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