“Marco era realmente tan
contrario al derramamiento de sangre que solía ver a los gladiadores en Roma
luchar como atletas, sin arriesgar sus vidas; pero jamás dio a ninguno de ellos
un arma afilada, sino que todos ellos combatieron con armas romas, como
floretes provistos de botones en la punta."
Ese
párrafo pertenece a la obra "Historia romana" de Dión Casio, un
historiador y senador romano de origen griego que vivió entre los siglos II y
III d.C. En este fragmento, Dión Casio describe la actitud del emperador Marco
Aurelio hacia los combates de gladiadores, que eran muy populares en la antigua
Roma.
Según
el autor, Marco Aurelio era tan contrario al derramamiento de sangre que
prefería ver a los gladiadores luchar como atletas, sin arriesgar sus vidas, y
les proporcionaba armas romas en lugar de afiladas. Esta forma de espectáculo
era más propia de la cultura griega, que valoraba la destreza y la belleza
física por encima de la violencia y la crueldad.
Creo que en este párrafo se refleja el carácter filosófico y humanista de Marco Aurelio, que se inspiraba en la doctrina estoica y buscaba el bien común y la armonía social. Marco Aurelio fue uno de los llamados “cinco buenos emperadores”, que gobernaron con justicia y sabiduría durante el siglo II d.C. Es la muestra de una actitud admirable y ejemplar por parte de emperador Marco Aurelio, que se oponía a la violencia gratuita, sabiendo resistir a la presión popular y a las costumbres bárbaras de su época, y trató de promover una cultura más civilizada y pacífica.
Marco Aurelio fue un emperador que no solo
se preocupó por el bienestar de sus súbditos, sino también por el respeto a la
vida humana con una actitud más compasiva y humanitaria considerando que cuánto
más civilizadas son las personas menos tienden hacia satisfacciones crueles, y
por eso no quería el ejemplo de muertes inútiles de gladiadores, y con ello el
derramamiento de sangre con todo lo que supone de sufrimiento, no fuera tomado
como una cruel diversión entre la plebe ávida de violencia y sádicas emociones
fuertes. Y todo esto considerando dentro del contexto de un tiempo en el que la
violencia y el entretenimiento sanguinario eran moneda corriente, por las muchas
guerras y revueltas sociales que acontecían.
Hablando de gladiadores, quiero resaltar que la actitud de Marco Aurelio hacia los juegos de gladiadores pacíficos contrasta fuertemente con la de su hijo y sucesor, el no menos famoso emperador Cómodo, que también llegó a participar personalmente en la arena como gladiador, pero en sus habituales formas violentas, crueles y sanguinarias.
Cuando los gladiadores se enfrentaban al emperador en un combate en la arena ante un público entusiasta y excitado, sabían que iban a morir, porque el emperador llevaba armas de verdad, y los gladiadores unas supuestas armas de pega camufladas, como gladios de madera pintados, o armaduras de tela, en vez de metálicas.
No obstante, morir por un dios como era el emperador, ya era para los esclavizados gladiadores como morir en la gloria, pues al emperador debía de complacérsele, aunque fuera entregando gustosamente la propia vida de una forma cruel y llena de los más atroces sufrimientos, que es lo que conlleva de las más fuertes emociones que se pueden experimentar cuando esos actos pasan a ser espectáculos para todo el pueblo romano asistente al circo.
Sin embargo, algunos historiadores definen a Cómodo
fue uno de los peores emperadores romanos, un tirano más pendiente de sus
luchas en el Coliseo que de la buena gobernanza del Imperio. Su apasionada
afición por los combates gladiatorios le valió el desprecio de la aristocracia
y el Senado, que lo consideraban una vergüenza y una amenaza. Su reinado marcó
el inicio de una crisis política, económica y militar que afectó al Imperio
Romano durante el siglo III d.C.
No obstante los juegos de gladiadores eran muy populares en la sociedad romana de la época de ambos emperadores, ya que satisfacían el gusto por el espectáculo, la emoción y la violencia de las masas, que con esto se evadían de los problemas y las miserias diarias de la vida. Por eso es importante destacar que la popularidad de los juegos de gladiadores en la sociedad romana de la época no debe ser subestimada, y los emperadores lo toleraban para tener contenta a la plebe.
Estos espectáculos eran una forma de entretenimiento muy valorada por el pueblo romano, que encontró en ellos una vía de escape de la dura y cruda realidad cotidiana y una forma de experimentar emociones fuertes con las que entretenerse y deleitarse con ello. Sin embargo, también es cierto que los juegos de gladiadores reflejaban la violencia y la crueldad que eran comunes en la época, y que su superioridad contribuyó a perpetuar estas actitudes en la sociedad romana.
Mientras Marco Aurelio se oponía al derramamiento de sangre y promovía juegos de gladiadores pacíficos al estilo griego, Cómodo se sumergió en la violencia, la crueldad y el deleite sádico que tanto demandaba la inmensa mayoría de la plebe en el circo. La sociedad romana de la época veía los juegos de gladiadores como un espectáculo emocionante y una forma de entretenimiento sangriento que despertaba pasiones en las masas, y de ello se servían los emperadores como distracción para sus maniobras políticas.
Los gladiadores eran vistos como héroes o villanos, según su origen, su
estilo de lucha o su éxito en la arena. Algunos llegaron a ser famosos y
admirados por el público, que apostaba por ellos y les concedía el perdón o la
muerte con sus gestos. Los juegos de gladiadores también tenían una función
política y religiosa, ya que servían para celebrar las victorias militares, los
aniversarios imperiales o los funerales de personajes ilustres.
Por
consiguiente, Marco Aurelio y Cómodo representan dos formas opuestas de entender
y practicar los juegos de gladiadores. Mientras que el primero los usaba como
una forma de educación y entretenimiento pacífico, inspirado por la cultura
griega y la filosofía estoica, el segundo los convertía en una forma de
exhibición y dominación violenta, inspirado por su egoísmo y su megalomanía.
Ambos reflejan las luces y las sombras de una civilización que combinaba la
grandeza y la decadencia, la cultura y la barbarie, la paz y la guerra.
En resumen, la actitud de Marco Aurelio hacia los juegos de gladiadores y la violencia refleja su carácter filosófico y humanista, mientras que la actitud de su hijo y sucesor, el emperador Cómodo, muestra los peligros de la violencia y la crueldad en el poder. La popularidad de los juegos de gladiadores en la sociedad romana de la época refleja la importancia del entretenimiento y la emoción en la vida cotidiana, pero también la violencia y la crueldad que eran comunes en la época.
En última instancia, la historia de Marco Aurelio y los
juegos de gladiadores nos recuerda la importancia de la compasión y la
humanidad en el gobierno, y los peligros de la violencia y la crueldad en el
poder. Una sociedad prospera o entra en decadencia, según sea bueno o malo, es
decir, mejor o peor el gobernante de turno.
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