«El bueno será siempre libre aunque sea esclavo; y el malo será esclavo
aunque sea rey»
( San Agustín de Hipona )
Esta
frase de Agustín de Hipona es muy profunda y tiene un sentido moral y
espiritual. Dicha frase aparece en su obra "La ciudad de Dios", donde
contrapone la ciudad terrenal, fundada en el amor propio, con la ciudad
celestial, fundada en el amor a Dios .
Lo
que quiere decir esta frase es que la verdadera libertad no depende de las
condiciones externas, sino del estado interior de cada persona. El que es
bueno, es decir, el que ama a Dios y al prójimo, vive en paz consigo mismo y
con los demás, y no se deja dominar por sus pasiones ni por el temor. Aunque
sea esclavo en el sentido legal o social, tiene una dignidad y una esperanza
que nadie le puede quitar. El que es malo, es decir, el que se ama a sí mismo
por encima de todo, vive en conflicto consigo mismo y con los demás, y se deja
arrastrar por sus vicios y por el orgullo. Aunque sea rey en el sentido legal o
social, tiene una esclavitud y una angustia que nadie le puede aliviar.
Esta
frase nos invita a reflexionar sobre lo que realmente nos hace libres y
felices. No son las riquezas, el poder o el placer, sino la bondad, la humildad
y el amor. También nos recuerda que, acorde con San Agustín de Hipona, todos
somos iguales ante Dios, y que nadie puede juzgarnos por nuestra condición
social o material. Lo que cuenta es nuestro corazón y nuestra conducta, y en
esto podemos sentirnos más esclavos o más libres.
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