Mientras esté en pie el Coliseo estará en pie Roma. Cuando caiga el Coliseo, caerá también Roma. Cuando caiga Roma, caerá también el mundo.
El
texto cita una frase atribuida al monje británico Beda el Venerable, que vivió
entre los siglos VII y VIII y fue un importante historiador y teólogo de la
Edad Media1. La frase hace referencia al Coliseo de Roma, el gran anfiteatro
construido por los emperadores de la dinastía Flavia en el siglo I d.C. para
albergar espectáculos públicos como luchas de gladiadores, batallas navales o
ejecuciones de cristianos. El nombre de Coliseo proviene de una enorme estatua
de bronce que representaba al emperador Nerón como el dios Sol y que se
encontraba cerca del anfiteatro. La lucha de gladiadores era un espectáculo
popular en el Coliseo de Roma, donde se enfrentaban hombres armados y
entrenados en diferentes modalidades. Los gladiadores podían ser esclavos,
prisioneros o voluntarios que buscaban fama y fortuna. Los combates solían ser
a muerte o hasta que uno de los contendientes se rendía. El público y el
emperador podían decidir el destino del vencido.
La frase de Beda expresa la idea de que el Coliseo simboliza la grandeza y la duración de Roma y, por extensión, de la civilización occidental. Es una forma de resaltar el valor histórico y cultural del monumento, que ha sobrevivido a terremotos, saqueos y expolios a lo largo de los siglos. El comentario también podría incluir una reflexión sobre el contraste entre la belleza arquitectónica del Coliseo y la crueldad de los espectáculos que se celebraban en su interior, así como sobre el significado que tiene hoy en día para los visitantes y los romanos.
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