Hijo de liberto, se estableció en Roma. Fue amigo de
Décimo Junio Bruto Galaico, cónsul en 138 a. C. que alcanzó una victoria sobre
los lusitanos. También fue amigo y sucesor del poeta trágico Pacuvio. Hacia el
135 visitó Pérgamo para conocer mejor la cultura griega de aquel periodo y,
vuelto a Roma, logró fama ya de joven como poeta dramático, y pronto se
convirtió en el autor trágico preferido por los romanos.
Plinio el Viejo refiere que se hizo erigir una
estatua enorme en el collegium poetarum, aunque él mismo era muy pequeño, pero
es cierto que era muy popular y muy admirado: Horacio alude a su profundidad,
Cicerón menciona su encanto3 y según Veleyo Patérculo sus obras podían
compararse sin demérito con las de los griegos.4 Se inspiró principalmente en
Eurípides, y algunas de sus piezas trataron asuntos romanos.
De su vasta producción sólo nos quedan fragmentos.
Conservamos de él, además de casi 45 títulos, 600 versos de sus tragedias y
fragmentos de Los Eneidos, Decio (sobre la heroica muerte de Decio Mis en la
Batalla de Santinum en 295 a. C) y de Bruto (acerca de la expulsión de
Tarquinio el Soberbio). No faltaba en estas últimas obras la intención
política. Quizá en Bruto era atacado Escipión y esto fue el motivo por el cual el
poeta satírico Lucilio, miembro del círculo de los Escipiones, mostró
hostilidad contra Accio, porque además Lucilio era un amigo íntimo de Escipión
y de Lelio.
En las Didascalias (nueve o más libros), Lucio Accio
reúne su producción erudita, de historiador de la literatura (especialmente
teatral) y de crítico. También era de tema teatral Las Pragmáticas, obra de la
que se conservan dos versos. Escribió Anales (en hexámetros), Parerga (de
contenido desconocido), Praxidica (sobre agricultura) y poesías amorosas.
Fue el último gran autor dramático romano. Sus obras
continuaban aún representándose y suscitaban gran entusiasmo en los romanos en
la época imperial.
En 57 a. C., durante la representación del Eurisace
(alusión al destierro de Telamón), el público improvisó una demostración en
favor de Cicerón, entonces en el exilio. En 44 a. C., fue prohibida por las
autoridades la representación del Bruto de Lucio Accio.
Pese a que su estilo es irreprochable, suele ser
admirado por las severas críticas de la época final de la República. Cicerón
conoce su obra y cita a menudo versos suyos. Virgilio lo imita en ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario