Claudia Actea fue una joven liberta de origen
anatolio que fue esclava de Claudia Octavia, emperatriz y primera esposa de
Nerón. No se sabe si esta mujer era ya liberta de Claudio. Era originaria de
Asia Menor. Con ayuda de Séneca y en contra de la opinión de Agripina se
convirtió en amante de Nerón, hasta que apareció Popea Sabina. Fue ella quien
depositó las cenizas de Nerón ante la tumba familiar.
Agripina, por deseo de conservar el poder, tenía una
actitud incestuosa con su hijo. Séneca, al ver el camino que tomaba esto, dio
entrada en la vida de Nerón a la liberta Actea. El emperador la conoció en un
banquete que ofreció el general Otón, ya que la joven era amante de éste.
Neron quedó cautivado al ver la belleza exótica de la
siria, de ojos y cabellos oscuros. El gobierno de Nerón fue bien hasta el
momento en que apareció Actea. El se cansó de no gobernar y de que Séneca,
Burro y su madre lo hiciesen en su lugar. Su madre incluso se atrevió a
pretender tomar asiento en medio del Senado. Actea sedujo a Nerón y, ante sus
consejos, él comenzó a tomar las riendas del gobierno.
La relación con ella no gustó a Agripina, por lo que
Nerón al principio se la ocultó a su madre. Actea es calificada por Tácito como
infame y vil esclava. Nerón, para ennoblecerla, decía que descendía del rey
helenístico Átalo, y para ello sobornó a varios cónsules para que declarasen en
falso bajo juramento que ella procedía de tal estirpe real (Suetonio), pues
Nerón quería casarse con ella, aunque su madre consiguió sacarle la idea de la
cabeza.
Según Tácito, cuando Nerón se enamoró de la liberta
Actea, Agripina decía que tenía "como rival a una liberta, como nuera a
una sierva..." (A, 13, 13). Más tarde fue suplantada por Popea.
Su relación con ella llegó a ser tan escandalosa que
el prefecto de la guardia nocturna, Anneo Sereno, llegó a simular que era él el
auténtico amante. Agripina se enfureció al saber que el emperador prefería a
una esclava y no a ella, y que además pretendía casarse con esta liberta. Actea
había sido nodriza de Nerón, además de su amante. Actea sobrevivió a Nerón y
fue la que le ofreció las honras fúnebres junto con dos primas suyas, Ecloga y
Alejandría, ordenando construir para él sobre la colina de los jardines un
túmulo funerario de porfirita roja egipcia que costó unos 200.000 sextercios, y
sobre el sepulcro se erigió un altar de mármol de Carrara. Según fuentes
epigráficas, llegó a tener muchas tierras y esclavos.
ACTEA EN LA ACTUALIDAD
En la película épica Quo Vadis? basada en una novela
del mismo nombre, Actea aparece como un personaje secundario donde se dramatiza
su relación sentimental con el emperador, al igual que en la película para la
televisión Imperio: Nerón, donde también se especula que la liberta Actea era
simpatizante del incipiente cristianismo en la Roma imperial.
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