El Oriente amenazaba a
Roma: los bárbaros tracios se infiltraban en Macedonia; en las fronteras de
Bitinia, Mitrídates se agitaba nuevamente con ayuda de su yerno, el rey de
Armenia; por último los piratas instalados en la costa sur del Asia Menor
interceptaban los navíos cargados de trigo de Egipto para el aprovisionamiento
de la capital. Pompeyo, un general ambicioso, era el más indicado para hacer
frente a ese triple peligro, pero reclamaba el alto mando de la marina y de las
tropas de tierra hasta 70 kms. al interior de la costa. Al fin tuvieron que
ceder a sus exigencias y Pompeyo partió con 500 navíos y con 20 legiones bajo
su mando.
Pompeyo, pues, se dirigió a Siria y la convirtió en una provincia romana.
Prosiguió luego su camino a Jerusalén: Antipater, Hircano II y Aretas de
Nabatea por un lado, y Aristóbulo por otro, llegaron a pedirle su arbitraje.
Como Pompeyo tardase en pronunciarse, Aristóbulo se le adelantó y se apoderó de
Jerusalén, en donde se encerró. Inmediatamente Pompeyo ordenó a Aretas que
regresara a su Nabatea, luego marchó a Jerusalén donde estaban atrincherados
Aristóbulo y sus hombres. Al cabo de tres meses de sitio se apoderó de la
ciudad; eso fue una carnicería. Pompeyo se paseó por el templo como un turista
y hasta se permitió entrar en el Santo de los Santos. Al igual que, en los días
de Nabucodonosor, la destrucción del santuario había sido vista como el castigo
por las infidelidades de Israel, esta vez también los hombres piadosos de
Jerusalén pensaron en un castigo divino que sancionaba el comportamiento
escandaloso de los sumos sacerdotes asmoneos.
Pompeyo reorganizó la región: confirmó a
Hircano en su cargo de sumo sacerdote, pero limitó su autoridad a Judea, Galilea, y Perea en la Transjordania. Le quitó
las ciudades de la llanura costera que fueron puestas en adelante bajo la
autoridad directa del poder provincial, le concedió la autonomía jurídica a Samaria , y reunió en una misma
confederación a las ciudades de Abila, Kanata, Hipos, Gadara, Dión, Pella,
Amatonte, Gerasa, Filadelfia y Escitópolis (la única situada en Cisjordania):
esa confederación de diez ciudades libres tomó el nombre de Decápolis (Mc 5,20). Pompeyo regresó a
Roma el año 61, precedido por Aristóbulo y sus dos hijos a los que había
enviado como rehenes.
Cuatro años más tarde, Gabinio, procurador de
Siria, dividió los territorios confiados a Hircano en cinco distritos que puso
bajo la autoridad directa de la provincia. Seforis fue entonces erigida como la
ciudad principal del distrito de Galilea.
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