Quinto
Ligario (en latín, Quintus Ligarius) fue un militar romano, que vivió hacia el
año 50 a. C. Fue acusado de traición por haberse opuesto a Julio César en una
guerra en África, pero fue defendido tan elocuentemente por Cicerón que obtuvo
el perdón y se le permitió volver a Roma. Más tarde conspiró con Bruto en el
asesinato de Julio César.
Quinto
Ligario fue miembro de los Équites de una familia sabina. Fue destinado a
África, como legado del gobernador provincial, Gaius Considius Longus, que más
tarde volvió a Roma, dejándole el control.
Después de que César derrotara a Pompeyo en la Batalla de Farsalia, el
aliado de Pompeyo, Publio Accio Varo ocupó África, esperando restaurar la causa
pompeyana. Ligario se convirtió en uno de sus asistentes en la continuación de
la guerra contra César. Estuvo presente en la Batalla de Tapso. Tras la derrota
de los pompeyanos, fue capturado en Hadrumeto. Fue perdonado por César, pero no
se le permitió volver a Italia. La presión de muchos amigos influyentes logró
que César transigiera y le mandara volver; sin embargo, Ligario que, acusado de
traición, fue defendido con éxito en los tribunales por Cicerón, sabía que
nunca se le permitiría ascender en la vida pública.
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